La actividad sísmica en el Valle de México es, por lo regular, poco frecuente y de baja magnitud, de acuerdo con el Servicio Sismológico Nacional (SSN). Sin embargo, sí se llegan a registrar varios sismos al año con epicentro en distintos puntos de Ciudad de México, como el de este viernes a las 9:59 horas, que tuvo magnitud de 2.4 y epicentro a tres kilómetros al norte de Coyoacán.

Información del Sismológico Nacional indica que en 2017, por ejemplo, se tuvo registro de 26 sismos con epicentro en distintos puntos del territorio de Ciudad de México; en 2016 se detectaron 2 y en 2015 fueron 7. De acuerdo con algunos estudios, el sismo más fuerte que se ha registrado tuvo una magnitud de 4.4.

En cuanto al origen de los sismos en la región, se piensa que son generados por el reactivamiento de antiguas fallas. También pueden ocurrir como resultado de la acumulación de tensión regional, y el hundimiento del Valle de México podría originar tensiones que, si bien no generan propiamente los sismos, sí pueden dispararlos. También existe la hipótesis de que los grandes sismos generados en la costa pueden dar lugar a desequilibrios y desencadenar temblores locales.

De acuerdo con el Sismológico, la cuenca de México tiene una geología y tectónica compleja, por lo cual no es de extrañar la ocurrencia de sismos de pequeñas magnitudes en la zona.

Cuando ocurre un sismo de magnitud considerable, las rocas que se encuentran cerca de la zona de ruptura sufren un reacomodo, lo que genera una serie de temblores cercanos que reciben el nombre de réplicas. Los sismos que tienen su epicentro en la cuenca de México rara vez presentan réplicas.

La ocurrencia de sismos en el Valle de México no es excepcional, indican reportes del SSN. Hasta la fecha no se cuenta con técnicas científicas en ninguna parte del mundo que puedan determinar cuándo ocurrirá un sismo ni qué tan grande será.