El profesor César Navarro recibió la medalla Maestro José Santos Valdés
Domingo 30 de septiembre de 2018, p. 13
A casi un siglo de la fundación de las normales rurales en México sigue vigente el propósito que les dio origen, porque pese a las reformas y cambios que se les han impuesto no han dejado de ser, en muchos casos, la única opción para llevar la educación a los más pobres del país
, afirmó César Navarro Gallegos, maestro rural, médico, historiador y profesor-investigador del Instituto José María Luis Mora.
Galardonado a principios de este mes con la medalla Maestro José Santos Valdés, máximo reconocimiento que se otorga cada seis años a quienes destacan en el ejercicio docente y la defensa del normalismo rural, subrayó que estas escuelas han logrado persistir pese a los embates y los intentos permanentes por desaparecerlas, y por supuesto, gracias a todo su modelo pedagógico
, cuyo principal promotor fue Santos Valdés.
Egresado con tan sólo 17 años de edad de la Escuela Normal Rural Matías Ramos Santos de San Marcos, Zacatecas, reconoció que se enfrenta el deterioro de los postulados propuestos por Santos Valdés, que se guió mucho por las escuelas socialistas que emergieron tras la revolución en Rusia, pero también retomó ampliamente los preceptos de la escuela socialista impulsada por el cardenismo en México
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Agregó que desde el gobierno federal y el Estado se ha buscado por todos los medios acabar con el normalismo rural, pero podemos afirmar que pese al desgaste de la propuesta pedagógica impulsada por Valdés, que ha sufrido múltiples cambios en diversas reformas, lo que sigue intacto es el compromiso social y político de quienes egresan de las normales rurales
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Tras recibir el galardón de la Asociación Nacional de Egresados de las Normales Rurales, y en el contexto del 89 aniversario de la fundación de la Escuela Normal Rural de San Marco, Navarro Gallegos recordó a los 43 desaparecidos de Ayotzinapa, quienes, sostuvo, se han convertido en una herida abierta para todo el normalismo rural
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Destacó que la labor de los normalistas por acompañar a los padres de sus compañeros desaparecidos ha sido constante. Su exigencia de justicia no es sólo por sus hermanos, también porque en este caso se juega el derecho a la justicia no sólo de los muchachos, sino del propio normalismo rural
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