Fue inesperado. Jackie Nava pensaba pelear a finales de octubre contra Mariana Barby Juárez, pero de pronto se enteró que la capitalina negociaba otra combate para esa fecha.

El anuncio de que ambas peleadoras se enfrentarían incluso se había anunciado de manera formal en una conferencia. Sin embargo, a Jackie le resultaba extraño que no existiera publicidad ni convocatorias para ruedas de prensa. Algo raro sospechaba.

No sé si pidió demasiado dinero o simplemente no quiso pelear conmigo, pero me avisaron que nuestras empresas no llegaron a un acuerdo, cuenta Jackie; este era el momento para enfrentarnos, si no se dio creo que será difícil que podamos pelear en el futuro, porque yo ya estoy pensando en el retiro y no me voy a pasar el tiempo que me queda esperándola.

La rivalidad entre ellas fue natural –considera Jackie–, ambas son pioneras en el boxeo femenil; tienen popularidad, quizás la principal razón por la que querían enfrentarse. 

No quedó por mí, ataja Jackie; lo único pendiente que quedará es que Mariana solía decir cuando yo no estaba presente, que ella era mejor boxeadora. Yo quería dejar bien claro que está equivocada: ella no es mejor que yo. La gente lo sabe.

Jackie tiene una carrera consolidada en el prestigio y junto a Ana María Torres protagonizó uno de los combates en el que el boxeo de mujeres alcanzó su forma más acabada. Un par de peleas épicas, sangrientas, pero sublimadas por la técnica. 

A mí me interesaba el título gallo, no tanto pelear con Mariana, aclara Jackie; mi carrera ahí está para ser evaluada; a Mariana le han regalado peleas, ha tenido rivales fáciles, más pequeñas que ella.

Hay un eco de molestia en Jackie, pues apenas regresó al boxeo después de la pausa que tuvo para dedicarse a su carrera legislativa. Hasta hace un par de días que se enteró que no pelearía con Mariana: había trabajado con un propósito fijo. Ahora deberá buscar rival para tener actividad como había planeado.

Falta de respeto

Me parece que la negativa de Mariana, además, es una falta de respeto, cuestiona. Ahora me prepararé para buscar el título, no necesariamente el del CMB, pero sí quiero ganar un cinturón otra vez.

Aunque no tiene una fecha precisa para retirarse, la peleadora de 38 años cree que ya está cerca el momento de cerrar su ciclo co-mo boxeadora. 

No es porque ya no pueda o no quiera, aclara, sino que debo terminar bien mi carrera y emprender otro tipo de actividades.

Es incierto todavía lo que le depara el boxeo en el mediano plazo y en su vida personal. Lo que está segura es que difícilmente volverá a ejercer un cargo en la política. Esa etapa, para Jackie, también concluyó.

Me veo trabajando para el deporte, pero no con un cargo público. Eso ya no lo visualizo en mi futuro, concluye Jackie.