La fuga en 1796 de 17 apaches en la venta de Plan del Río, cerca de Jalapa, Veracruz, tras haber robado una alforja con sebo de res, que utilizaron para zafarse de los grilletes que los mantenía como esclavos, y su posterior huida por el altiplano hasta las inmediaciones de Michoacán, es el hecho histórico en torno al cual se desarrolla la investigación Misericordia: el destino trágico de una collera de apaches en la Nueva España, del lingüista e historiador Antonio García de León.

Publicado por el Fondo de Cultura Económica (FCE), el volumen fue comentado ayer por Ramón Vera Herrera, Antonio Saborit, Adolfo Gilly (quien envió un texto que se leyó en el acto, ya que no pudo asistir por motivos de salud) y el autor, en el auditorio Fray Bernandino de Sahagún, del Museo Nacional de Antropología, en el contexto de la 29 edición de la Feria Internacional del Libro de Antropología e Historia.

Se trata de un trabajo que tuvo su origen cuando García de León encontró en el Archivo General de la Nación el diario de campo de un militar que perseguía apaches en el norte del país, para ser esclavizados y llevados luego a Cuba.

Hubo apaches que escaparon. En este caso, 17 guerreros, quienes luego de huir formaron un grupo armado que a las autoridades virreinales les costó mucho trabajo someter, explicó el autor a La Jornada.

Era un grupo de fugitivos que se había convertido en un solo cuerpo, que se movía como sombra inasible en busca de los senderos de regreso a ese imposible que era su lugar de origen.

En la primera parte del libro se hace referencia a la visión del Imperio español sobre la conquista del norte. Se habla de las circunstancias y reformas borbónicas que dieron origen a esa persecución.

La parte central del libro relata la persecución desde la venta de Plan del Río hasta las inmediaciones de Michoacán. El último capítulo se refiere a dos apaches que no lograron escapar y fueron llevados a Cuba, donde huyeron y comandaron un grupo de esclavos negros cimarrones; combatieron hasta 1804, cuando murió el último apache.

En Misericordia: el destino trágico de una collera de apaches en la Nueva España, apuntó Gilly en su texto, vi la historia de la Conquista, como un delirio colectivo producto de la fe cristiana e indígena que se funden en una sola; vi los motivos para que la Independencia de Miguel Hidalgo tomara su forma arrasadora, y vi la larga historia de ocupación de un territorio donde persisten los antiguos en las vivencias y maneras de los modernos.

Vera Herrera leyó su texto titulado Una fuga hacía sí mismos, publicado en marzo pasado en el suplemento Ojarasca, de La Jornada, en el que destaca que García de León configura su relato y su visión del quehacer histórico a partir del chispazo que ilumina las fronteras invisibles, como él las llama, el cruce de caminos, “el límite incierto que disociaba la vida y la muerte entre quienes implantaban el tiempo del imperio y entre quienes se le resistían, prolongando la vida más allá del umbral.

“Nos propone un quehacer histórico que (con documentos y cartas que se dirigían entre sí diversos actores implicados en la persecución) recurre a una sugerente e impecable recreación narrativa. A ésta –concluyó Vera–, la alimentan otros saberes como la etnografía y la lingüística, para reconstruir los diversos flujos de un momento donde están contenidos siglos de opresión y esperanza.”