Opinión
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Jazz

Óscar Mayoral, la esencia misma de Sonora

Y

a desde sus primeros años como estudiante de flauta y producción musical en la Universidad de Sonora, Óscar Mayoral (Hermosillo, 1969) tendía las redes para explorar en las ilimitadas posibilidades de la música a partir de la gramática del jazz. Su primer proyecto surgió en la misma Facultad de Música, cuando sin más se puso a tocar con Fito Lizárraga y Rubén Darío García, navegantes de la música clásica y el folclor.

El trío decide bautizarse como Stretto, la parte de la fuga donde las diferentes voces confluyen y se estrechan, y en 1994 edita un primer fonograma, Stretto de viaje, como punto de partida de una discografía que a la fecha acumula 10 títulos, pasando por un constante cambio de dotaciones y elementos, pero siempre con Mayoral al frente de los esquemas.

Lo interesante aquí es que de los primeros acercamientos a temas como As Time Goes By (Herman Hupfeld), Take Five (Paul Desmond) o Take The A Train (Billy Strayhorn), Stretto fue transitando poco a poco a prolongadas sesiones de composición colectiva e improvisación, hasta llegar a un punto en que decidieron voltear a sus raíces, al universo sonoro de los pueblos indígenas de Sonora.

“La cosa empieza con una propuesta básica –comenta Óscar Mayoral–, irnos a lo básico: melodía, armonía y ritmo; la flauta representa la melodía, el piano la armonía y las percusiones del mundo el ritmo. Queríamos tocar, tomar temas muy conocidos por todos y construir. En los conciertos hacíamos cosas como la Pequeña serenata diurna, de Silvio Rodríguez, y después Let It Be y luego Júrame; cosas que traemos ahí en nuestra cultura y las recreamos sin ninguna otra guía. Salieron unas interesantes y otras muy locas, porque ni siquiera nos poníamos de acuerdo en el tono, en la armonía, en nada.

“Estábamos tratando de dar a conocer el material para precisamente poder trabajar. Si te fijas en él, son rolas populares con los elementos propios de cualquier standard. La intención era presentar algo muy digerible, y resultó, porque los discos se agotaban luego luego. Aquí la gente recuerda muy bien nuestras primeras presentaciones.”

En el noveno disco del grupo, Jazzformaciones III (2013), las composiciones de Stretto habían sido permeadas por el universo sonoro de los pueblos indígenas de Sonora, echando mano incluso de cantos ancestrales de las etnias seris y pimas.

“Después de 2010 nos metemos en un periodo como de introspección –continúa Mayoral–. En ese periodo estuvimos componiendo, explorando, escuchando música, tocando, armando la propuesta de Jazzformaciones III en la exploración de un lenguaje propio; además de que ampliamos la dotación instrumental.

Ahora el eje central era buscar un lenguaje de jazz sonorense. Y lo platicamos; mucho tiene que ver con conceptualizar. Analizamos cosas que se han hecho de jazzificar tradiciones y vimos muchas cosas artificiales, donde se toma un tema, se le pone ritmo de swing y ya, ése es el jazz de la región. Nosotros quisimos ir más allá para buscar un lenguaje verdaderamente nuestro, de aquí. Nos pusimos a escuchar música indígena, a explorar sus instrumentos y, obviamente, contrastarlo con lo que conocemos de acá de la cultura occidental. Fue un trabajo muy reflexivo.

Aunque eso sería solamente el principio. Durante una de las presentaciones de Jazzformaciones III, Óscar Mayoral conoce a Emilia Buitimea, poeta en lengua mayo que estaba por editar un poemario. Óscar le propone hacer la música y la producción de un disco y el resultado es Mis recuerdos, mi tierra, mi poesía (DGCP, 2017).

Pero la espiral continúa. Mayoral sigue abrevando en lo más profundo de sus raíces para enlazarlas con las sonoridades del siglo XXI: “Mi intención de hacer una obra para orquesta y grupo de jazz, abordando las músicas de los ocho pueblos originarios de mi estado y sus riquezas tímbricas, rítmicas, melódicas y expresivas. La respuesta siempre ha estado allí, en las fiestas, en las ramadas, en la sangre de mi gente.

Mi búsqueda me ha llevado a consultar grabaciones de campo, así como fuentes directas dentro de las fiestas tradicionales de los pueblos yaqui, mayo, pima y seri. El paso siguiente es sumar a los pueblos kikapú, guarijío, pápago y cucapá. Me encuentro en un momento coyuntural para profundizar mi búsqueda con los pianistas Alejandro Corona y Hernán Ríos, la flautista Válery Cabrera Silveyra y la Orquesta Filarmónica de Sonora.

Alma y sustancia entre el jazz y sus entornos. Salud.