Sociedad y Justicia
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Fue desigual la atención por el temblor de 2017 para la capital y los estados: Unicef
 
Periódico La Jornada
Jueves 13 de septiembre de 2018, p. 39

A un año de los terremotos que azotaron el centro del país, persisten pendientes para garantizar los derechos de los niños y adolescentes que se vieron afectados, expuso el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).

En conferencia para dar a conocer los resultados de la participación de esta agencia, Christian Skoog, representante de Unicef México, destacó que, en términos de recuperación, existe inequidad entre lo registrado en Ciudad de México y comunidades de Chiapas y Oaxaca.

Un estudio cualitativo realizado por ese organismo en Jojutla, Morelos, y Juchitán, Oaxaca, exhibe un impacto de los sismos de 2017 en las áreas de salud, nutrición, educación y protección de los menores.

Informa que la principal afectación registrada en los municipios estudiados con respecto a la salud de los niños y las niñas ha sido la relacionada con su estado sico-emocional, cuya atención, a casi un año, sigue siendo necesaria y los servicios disponibles para atenderlos son limitados.

Las zonas más pobres y vulnerables son menos accesibles, resaltó Skoog, y observó que en la capital la rehabilitación ha sido más rápida. “Tenemos que trabajar en equilibrar (…) y dar más atención a las zonas más pobres, más expuestas a desastres y con menos capacidad de responder”, indica.

Reconoció, por otro lado, avances en relación con la preparación y respuesta ante las emergencias. En contraste con lo ocurrido en 1985, en los sismos de 2017 hubo un menor número de muertos y lesionados, así como menor daño a cierto tipo de infraestructura.

Respecto de las afectaciones persistentes, la representante adjunta de Unicef, Pressia Arifin-Cabo, informó que, de acuerdo con datos de diversas dependencias en Chiapas y Oaxaca, aún hay cerca de 3 mil 444 escuelas parcial o completamente dañadas y pese a que el abastecimiento de agua a hogares y otros entornos se ha restablecido paulatinamente, la cantidad que les llega ha disminuido.

Resaltó la urgencia de recuperar espacios adecuados para que niños, niñas y adolescentes puedan aprender, socializar y jugar.

En cuanto a los pendientes que registró la Unicef en Juchitán y Jojutla, destaca que, a la fecha, la reconstrucción de las escuelas ha sido lenta y todavía hay muchos niños y niñas que apenas acuden a los planteles unas horas a la semana, mientras se realiza la reconstrucción de los edificios más afectados.

En cuanto a las afectaciones de salud, se detalla que las enfermedades más comunes reportadas en los menores durante el periodo posterior a la emergencia incluyeron infecciones en los ojos y en la piel causadas por el polvo de los derrumbes. También se reportaron infecciones de las vías respiratorias por la lluvia y el frío e infecciones estomacales por consumir agua y alimentos contaminados.

Sin embargo, se reitera, la principal afectación a la salud de niños y niñas fue la relacionada con su salud sico-emocional.