México espera que el próximo fin de semana concluya la negociación bilateral entre Estados Unidos y Canadá para que comiencen los trabajos de forma trilateral con el fin de cerrar el nuevo Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), señaló Kenneth Smith Ramos, jefe técnico del equipo negociador mexicano.

Durante su intervención en el foro La industria del aluminio y el nuevo TLCAN, el funcionario de la Secretaría de Economía (SE) resaltó que una vez que concluyan las pláticas entre Washington y Ottawa, los tres socios revisarán todos los compromisos a escala técnica, es decir, que los compromisos se traduzcan en lenguaje legal y tengan congruencia entre las diferentes disposiciones del acuerdo.

En caso de que Canadá decidierá no incorporarse al acuerdo, Smith Ramos sostuvo que México ya tiene amarrado el componente bilateral con Estados Unidos, aunque se busca tener un acuerdo trilateral.

Comentó que para finales de septiembre deben estar listos los textos para hacerlos públicos y al terminar noviembre ya estarán completos para que sea firmado el acuerdo.

Indicó que la nueva regla de origen para el sector automotriz –que eleva a 75 por ciento y de ella entre 40 y 45 por ciento debe contener partes manufacturadas por trabajadores que ganen 16 dólares por hora– es más robusta, pues fortalece la integración del contenido regional y mexicano en esa industria.

Agregó que se garantiza que si Washington llega a imponer una medida arancelaria a los vehículos, México tiene asegurado que no se afectará la capacidad exportadora del país, pues de cierta forma se obtuvo un blindaje.

En entrevista posterior al foro organizado por la Cámara Nacional de la Industria del Aluminio (Canalum), comentó que espera el cese de la hostilidad a las importaciones mexicanas de acero y aluminio, insumos a los que Estados Unidos impuso 25 y 10 por ciento de arancel, pues México no es una amenaza. Además, está pendiente si Washington retira la investigación a la industria automotriz.

Por otra parte, Ramón Beltrán, presidente de la Canalum, sostuvo que Washington concedió que las importaciones mexicanas de productos de aluminio queden libres de pagar impuestos ante la exigencia de empresas e industrias que consumen dicho insumo y la medida podría ayudar a que no se aplique el gravamen de 10 por ciento bajo el argumento de la sección 232.

Agregó que a finales de agosto, el mandatario estadunidense, Donald Trump, firmó proclamas que otorgan exclusiones de productos del aluminio y acero de origen diversos países, entre ellos México. Sin embargo, aún se espera que concluya la negociación del TLCAN para exportar sin gravámenes.

La Cámara Nacional de la Industria del Hierro y del Acero y la Asociación Canadiense de Productores de Acero (CSPA) pidieron a los gobiernos de México, Canadá y Estados Unidos que se eliminen todas las restricciones comerciales de esos metales de la sección 232 entre los socios comerciales de América del Norte, como parte de la renegociación del TLCAN.

En un comunicado, Joseph Galimberti, presidente de CSPA, expresó que la renegociación del TLCAN representa una oportunidad ideal para eliminar las barreras comerciales en el acero y el aluminio dentro de la región con el fin de fortalecer a las principales cadenas de suministro en energía, industrial, construcción y manufactura de América del Norte.

Máximo Vedoya, líder de Canacero, comentó que si el TLCAN contiene aranceles para dichos insumos, sería una contradicción para un tratado de libre comercio.