Descartan que se deba curar
Quienes no se identifican con su género biológico requieren de siquiatría, pero para atender daños causados por el rechazo
Martes 4 de septiembre de 2018, p. 33
Estar en el cuerpo equivocado. Así se sienten las personas transgénero, aquellas cuya identidad y comportamiento es distinta al género con el que nacieron. Es una condición biológica natural, pero la mayoría de quienes viven con ella tiene padecimientos como depresión y ansiedad a causa de las agresiones, violencia y discriminación de que son víctimas.
Eso es lo que confirmó la investigación realizada por expertos del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz (INPRFM) y la Clínica Especializada Condesa (CEC), con la cual se generó la evidencia para que la condición de transgénero saliera del capítulo de enfermedades mentales de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11).
Este es de los asuntos que en materia de salud mental ha avanzado bien, aunque sigue pendiente la garantía del respeto a los derechos humanos de los pacientes, reconoció María Elena Medina Mora, directora del INPRFM.
Recurren a cirugías riesgosas
Como parte de los rezagos estaba el asunto de la población transgénero, que como padecimiento llevó a severos problemas. A causa del estigma y discriminación, estas personas no tienen acceso a servicios médicos de calidad para llevar los tratamientos hormonales o las cirugías que ellas decidan. Generalmente obtienen los medicamentos y procedimientos quirúrgicos no profesionales y eso les provoca afectaciones en su salud.
La ubicación de esta condición en el capítulo de enfermedad mental también implicaba la posibilidad de llevar a los individuos transgénero, principalmente niños, con un médico para que los cure
. Era un asunto muy grave, explicó Medi-na Mora.
Las personas trans –como se les identifica comúnmente– mueren de manera temprana como consecuencia de la violencia de que son objeto, porque la incomprensión es muy grande y generalmente se les niegan sus derechos a una vida en paz, incluso desde la infancia
, apuntó la especialista.
El estudio tuvo la finalidad de demostrar si las necesidades de atención en salud mental se debían a la condición de transgénero o son provocadas por el medio ambiente. Se confirmó esto último.
Como parte del trabajo conjunto con la CEC, se encontró que las personas trans empiezan a sentirse inconformes con su género entre los cinco y seis años de edad. También que casi la mitad recurrió a un tratamiento hormonal sin vigilancia médica profesional.
Respecto a los problemas que enfrentan, cerca de 80 por ciento de los participantes sufrieron rechazo social, principalmente de su familia. Más de la mitad había sido víc-tima de violencia sicológica, física y sexual.
Más de 80 por ciento presentaba alteraciones como ansiedad, depresión o dificultad para dormir. De ahí la importancia de sacar a la condición de transgénero de la lista de enfermedades mentales.
Con este trabajo y el realizado en Brasil e India se obtuvo la evidencia para ello, comentó Medina Mora. Se pasó al capítulo de trastornos y aunque no es lo mejor
, de esta manera se garantiza que las personas transgénero tendrán acceso a los servicios de salud, bajo las mismas condiciones en que las requieren, por ejemplo, las personas con discapacidad. Tienen una condición específica, no enfermedad, pero sí necesidades de atención médica, explicó la directora del INPRFM.