Pese a que existe una enorme diversidad de bandas y propuestas musicales el rock empezó a tener una falta de compromiso e ideales.

Así lo reflexiona Luis Román Ibarra, Dr. Shenka, fundador y vocalista de Panteón Rococó, formada por nueve músicos skaseros que se han dedicado a llevar un grito de paz, baile y resistencia, tras su nacimiento, hace 23 años, época convulsa, en que se levantó el movimiento zapatista en Chiapas. A partir de entonces el compromiso social ha sido ineludible.

Prosigue: Creo que al rock le hace falta un baño de realidad. Por ejemplo, cuando nació Panteón los jóvenes estábamos sobrecargados de una realidad tan inmensa que nos aplastaba, como la problemática en Chiapas. Eso se fue perdiendo en este género. No sé si los chavos se cansaron de hablar de la violencia, pero he insistido en que no por cerrar los ojos o no hablar de ello las cosas van a desaparecer. Hay que poner cartas en el asunto y ser puntuales en lo que uno quiere decir para lograr una transformación.

Ahora el rock vive en un bache, un poco ideológico. No me refiero a que sólo se hagan canciones políticas o de protesta, sino más allá, es posicionarse. El ánimo que privaba en la época en que surgió la banda propicio que se organizaran conciertos, festivales a fin de reunir recursos para llevarlos a ciertas poblaciones. Estaban en la escena Santa Sabina, La Barranca, Molotov, Los de Abajo, bandas de diversidad enorme y eso, justamente, es lo que falta en el rock nacional.

Panteón Rococó, próximo a lanzar su nuevo material discográfico, se ha identificado como una banda de latin ska, combinación de rock, punk y ska, que ha llevado al grupo a giras por Europa y otras latitudes; además de que se presenta sin tregua en Estados Unidos y en infinidad de festivales nacionales.

Necesario, perdurar

Aunque ha habido una transformación grupal y musical, admite Dr. Shenka, “el cometido es seguir haciendo canciones que tengan un sentido social, con una carga que les permita perdurar. Hace 20 años escribí La carencia, que habla de nuestra realidad. Ahora volteas y después de ese tiempo la seguimos interpretando y México sigue igual o, incluso, peor”.

▲ Panteón Rococó expresa su solidaridad con los pueblos indígenas en su reciente sencillo, parte de su nuevo material. En la imagen, Dr. Shenka.Foto cortesía del cantautor

Si bien hace dos décadas nos hacíamos llamar los hijos de la crisis, ahora también lo somos, pero se suma la violencia, las desapariciones y muchísimas cosas más que nos preocupan, porque ahora también somos padres de familia, lo cual nos motiva a trasmitir ese llamado a la conciencia y seguir participando en actividades sociales.

El intérprete de La dosis perfecta y Arréglame el alma asegura: Desgraciadamente, México se ha convertido en un especie de semillero de inspiración que nos da situaciones para escribir y evidenciar lo que sucede.

Sostiene: Me gusta pensar que la gente viene a los conciertos y regresa a su casa alegre y bailando, pero a la postre se da cuenta de que cantó a su realidad, que fue a celebrar eso. Esto ha sido mucho de lo que el país le ha dado a la banda, hemos mantenido vigencia y las personas se identifican con nosotros.

Panteón Rococó presentará en una semanas su nuevo material, del cual ya adelantó algo con el tema Deja vu (Tonantzin), un pronunciamiento, un llamado a la defensa de la tierra y el territorio, en el que expresa su solidaridad con los pueblos indígenas, porque hemos sido testigos y partícipes con diversos colectivos en Cherán, San Javier, Veracruz o Chiapas que están en lucha contra el aprovechamiento voraz de las trasnacionales.

Aunado al calendario de conciertos de la banda, Dr. Shenka tampoco se detiene, porque sabe que esa pasión por la música le permite colaborar con artistas de diversos géneros, además es DJ y hace pocas semanas lanzó una marca de mezcal, Fuego y apagón.

La arrojada historia de Panteón Rococó continúa y si durante tantos años hemos fomentado la idea de la coexistencia tampoco podíamos ser discriminatorios ni racistas con la mezcla de nuestra música.

Es triste, puntualiza el cantautor, que ahora (la música) se ha vuelto un poco más efímera, más pasajera; las canciones no perduran tanto: un sencillo dura una semana.

Aunque aún no se define el título del nuevo álbum, es unos días se escuchará el segundo sencillo: El último ska.