Galápagos, fábula para títeres y actores del cubano Salvador Lemis, plantea guiar a los pequeños desde la belleza
Miércoles 29 de agosto de 2018, p. 4
Un pedazo de cielo azul, una gota de rocío y una flor que jamás muere son las tres cosas que anhela una anciana tortuga enferma por la contaminación del río en el que vive, provocada por los humanos, y a la que su nieto Gali, pequeño quelonio, busca cómo salvar.
La obra para niños Galápagos, que desarrolla temporada en la sala CCB del Centro Cultural del Bosque, es una fábula para títeres y actores, escrita y dirigida por el cubano Salvador Lemis.
El montaje es auspiciado por el colectivo Teatro Sin Paredes y el grupo El Castillo de los Títeres, de Tlaxcala.
El pequeño Gali, durante su aventura por buscar y cumplir con tan anhelados deseos de la abuela Jicotea, encontrará en su camino a un locuaz Papagayo, vendedor de cualquier cosa, una gaviota florista, un cocodrilo biólogo que trabaja en función de destruir el planeta, más que salvarlo, un cangrejo barrendero y un burro que vende agua sin contaminar, explicó el dramaturgo.
‘‘Es una obra en la que al final los niños participan del desenlace de la historia, convirtiéndose en personajes de la misma. Ellos, con su creatividad, ayudarán a la abuela. La idea es convencerlos de que con optimismo y esfuerzo el futuro puede ser positivo, hermoso y sano.”
Es una fábula en la que se habla sobre la contaminación del planeta y las enfermedades que ésta provoca, así como de la esperanza y la importancia de cuidar el medio ambiente, dijo el creador escénico. ‘‘Si desde pequeños se siembra en los niños la semilla del arte, la armonía y la belleza, y del cuidado del planeta, los chicos lo entienden y se convierten en buenas personas”.
Un canto a la esperanza
La obra Galápagos se ha montado en España, Alemania, Estados Unidos, Suiza, Guatemala, Ecuador, las islas Galápagos, Venezuela, Chile, Egipto, Perú y Cuba, donde es una de las obras más representadas para niños.
Para Salvador Lemis, ‘‘a los pequeños se les puede guiar mediante la belleza, más que presentarles obras con contenidos y temas muy fuertes”.
La obra fue escrita en 1983, cuando todavía el desastre ecológico en el planeta no era tan visible y grave como ahora. Creemos que aún tiene vigencia, porque entre todos debemos salvarlo. ‘‘La obra es un canto de esperanza para todo aquel que sepa escuchar”.
Este montaje es la primera producción para niños del colectivo Teatro Sin Paredes, ‘‘además de ser un himno a la belleza de la naturaleza y la vida”.
Con un elenco integrado por Itzel Tovar y Gerardo Uscanga, con diseño y confección de títeres de Alberto Palmero, Galápagos se escenifica en la sala CCB del Centro Cultural del Bosque (Paseo de la Reforma y Campo Marte).
Las funciones son sábado y domingo a las 14 horas. La temporada concluirá el 2 de septiembre.