Cuando a Miguel Román por fin le confirmaron la fecha de su pelea apenas resopló aliviado. Desde finales de 2017 ganó el derecho como retador obligatorio para el campeonato superpluma del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) que defiende el cancunense Miguel Berchelt. Sin embargo, la impaciencia carcomía a Mickey, quien a los 32 años ve este combate como la oportunidad tardía para despegar su carrera rumbo a las grandes carteleras y las ganancias robustas en Estados Unidos.

Román recordaba que antes ya había ganado el derecho a disputar un título, pero que nunca se concretó y todo quedó en una larga espera. Por eso esta vez no podía serenarse para conocer la fecha: el 3 de noviembre en Estados Unidos, en sede aún por definir.

No tengo opción de perder, cuenta Román; después de tanta espera llegó la oportunidad, así que no puedo desperdiciarla, suena a lo que dicen todos, pero no puede ser de otra forma porque ahí despegaría mi carrera, mejores rivales y mejores bolsas. Lo contrario no quiero ni pensarlo.

Con más de 70 combates aún no conquista un cinto mundial. Por eso esta clasificación como retador tiene un valor excepcional para el nacido en Ciudad Juárez.

Llegó gracias a que noqueó a Orlando Siri Salido. Román recuerda que pocos le daban posibilidades de éxito, pero que en su trayectoria está acostumbrado a ser menospreciado. Sin embargo, venció al aguerrido Siri.

▲ Miguel Román sabe que la pelea por el título superpluma es clave en su futuro.Foto cortesía Promociones del Pueblo

En cuanto fue reconocido como retador al título no ha hecho más que estar atento a las negociaciones entre promotoras y a los anuncios del CMB. Ahora que se concretó la fecha, la impaciencia es por subir al cuadrilátero.

Román sabe que la proyección en Estados Unidos modifica de forma significativa el porvenir. El único problema es el reto por superar: Berchelt es un peleador muy completo, un combatiente fino y con potencia, veloz y táctico, puede descontrolar al adversario con pura estrategia o lastimarlo cuando menos lo espera. Es un peleador cerebral o sanguinario.

Lo único que no debo permitir es que imponga su boxeo táctico, plantea Román; porque no sólo es muy fuerte y rápido, sino también inteligente y si hace su pelea puede meterme en problemas.

La única táctica y estrategia que puede oponer ante Berchelt es la del principio de la guerra de guerrillas, el asedio permanente, incomodar, no permitir que el rival tenga tiempo para pensar.

No quiero tener ansiedad por la espera de la pelea, indica; me he preparado y seguiré con el trabajo, incluso ahora con la noticia de la fecha lo voy a disfrutar. Yo me imagino al día siguiente. Estoy frente al espejo y veo mi reflejo con el cinturón de campeón del mundo.