Domingo 26 de agosto de 2018, p. 21
Washington. El senador republicano estadunidense John McCain murió este sábado, informó su despacho. El presidente Donald Trump envió de inmediato sus más profundas
condolencias por Twitter, pese a que el legislador fue uno de sus más severos críticos.
El varias veces senador por Arizona falleció a los 81 de un tumor cerebral canceroso, un día después de que su oficina anunció que había decidido interrumpir el tratamiento que seguía desde julio, cuando se le diagnosticó el mal. Le sobreviven su esposa Cindy y siete hijos.
McCain llegó a acusar a Trump de incompetencia tras su conferencia de prensa con el presidente ruso, Vladimir Putin.
Durante la campaña electoral, Trump se expresó de manera despectiva del senador, aunque sin mencionarlo por su nombre. En un discurso en Florida imitó cómo había votado McCain el año pasado contra un borrador de ley de su partido que buscaba eliminar en parte el seguro médico conocido como Obamacare. La decisión del legislador molestó mucho a Trump.
El presidente ya se había burlado de McCain. En julio de 2015 afirmó que no era héroe de guerra por haber sido prisionero en la guerra de Vietnam durante cinco años y medio, siendo que el mandatario evadió el servicio militar.
Me gustan las personas que no son tomadas prisioneras
, aseveró el presidente en ese entonces.
McCain fue piloto de la Marina estadunidense en Vietnam y fue tomado prisionero y supuestamente torturado. Como político, siempre se expresó en contra de las torturas. Además, fue uno de los que impulsó el cierre de la prisión de Estados Unidos en Guantánamo.
Era senador desde hace 30 años y se había ganado el apodo de Maverick, es decir, de un hombre que no siempre obedece las razones partidarias y puede tener opiniones incómodas. Era uno de los miembros de más alto perfil del Congreso estadunidense y era respetado más allá de su partido. En 2008 fue candidato presidencial de los republicanos, pero perdió ante el demócrata Barack Obama.
Para muchos, McCain era el ejemplo ideal del inconformismo, de la franqueza y de las exhortaciones inteligentes más allá de la política partidista.
Sin embargo, en los momentos decisivos siempre fue leal a las principales líneas del partido: el derecho de poseer armas, el aborto y la pena de muerte.
McCain fue, en meses recientes, uno de los pocos que criticó abiertamente a Trump, a menudo de forma mordaz, a veces casi encolerizado.
Sin embargo, a la hora de la verdad permaneció casi en 90 por ciento de los casos en la línea de Trump. McCain era atractivo para los medios, porque hablaba sin tapujos y estaba dispuesto a exponer suficientemente la complejidad política en un momento en el que se tendía al simplismo.
En las comparecencias de meses recientes, en ocasiones dio la sensación de que estaba confundido y se perdía entre la cascada de preguntas. Tras participar en la votación del Obamacare expresó su deseo de concentrarse en la lucha contra el cáncer, con la intención de volver más tarde
.