El Plan B que buscaba diversificar el comercio internacional de México como una alternativa al intercambio entre los países que integran el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) nunca se materializó debido a que la prioridad siempre ha sido fortalecer los lazos con Estados Unidos y Canadá, consideró el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).

En el documento Apuntes sobre la diversificación comercial de México, el Centro recordó que el índice de apertura comercial de la economía mexicana, es decir, la suma del valor de las exportaciones e importaciones como proporción del PIB ha crecido considerablemente, pues en 2017 fue de 72.2 por ciento, cuando en 1994, año en que entró en vigor el TLCAN, solo era de 26.6 por ciento.

Destacó que por medio de un modelo económico basado en la eliminación de barreras arancelarias y restricciones a los flujos de inversión; estabilidad de los fundamentos macroeconómicos y certeza en los mercados internacionales de capitales; así como una desregulación gradual y menor intervención del Estado en las actividades económicas, se han logrado importantes beneficios económicos.

En ese sentido, comentó que la dinámica de las exportaciones se han multiplicado 8.6 veces, al pasar de 50.7 mil millones de dólares a 437.0 mil de millones entre 1994 y 2017, mientras que el flujo de la inversión extranjera directa acumulada hacia México sumó 560.2 mil millones desde 1994 hasta el primer trimestre de este año.

Sin embargo, el crecimiento de la productividad y valor de la producción de la economía mexicana sigue siendo modesto, el ingreso per capita de los mexicanos sigue siendo menor (9 mil 304 dólares anuales en 2017) al de sus socios comerciales y persiste la desigualdad social.

Indicó que durante el proceso de modernización del TLCAN, se consideró un plan de contingencia, el llamado Plan B, que buscaba la diversificación comercial, pero es difícil debido a que México mantiene un déficit comercial con Asia de 51.93 miles de millones de dólares y con Europa de 12.7 miles de millones de dólares.

Indicó que el Plan B nunca se materializó, pues el interés central ha sido fortalecer la senda de progreso económico manteniendo el TLCAN, incluso la diversificación sólo deber ser una estrategia complementaria y no una sustitución del intercambio comercial entre México y Estados Unidos.