Sábado 25 de agosto de 2018, p. 32
En México se estima que 51.1 por ciento de los niños y adolescentes (20.7 millones) vive en la pobreza, por lo que sus posibilidades de ascenso social están más vinculados a su código postal, es decir, el lugar donde residen, que es lo que tristemente determina un proyecto de vida
, afirmó Juan Martín Pérez, de la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), quien destacó que la agenda de la infancia sigue totalmente invisibilizada por el gobierno en turno, pero también en el siguiente
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Agregó que en un país donde 4.7 millones de niños y adolescentes en pobreza extrema tienen problemas para comer tres veces al día no se puede hablar de movilidad social
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En su balance anual 2017 sobre el Estado de la Infancia en México, destaca que el porcentaje de población de recién nacido a 17 años en condición de pobreza extrema aumentó en seis entidades –Veracruz, Oaxaca, Tabasco, Chiapas, Campeche y Ciudad de México– pese a que a nivel nacional disminuyó el número total de niños y adolescentes que viven en condiciones de miseria.
Luego que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) señaló que a los hijos de las familias más pobres de México les tomaría 150 años (lo cual equivale a cinco generaciones) llegar a los niveles más altos de ingreso económico, Juan Martín recordó que si naces en una comunidad indígena las posibilidades de ser pobre durante toda tu vida son muy altas, pues ocho de cada 10 niños indígenas enfrentan la miseria, condición que pocos abandonan
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La pobreza que afecta gravemente a los niños y adolescentes, indicó, explica que 2.5 millones de niños estén laborando para subsistir. La condición de miseria también suma otros desafíos, pues se convierten en una población altamente vulnerable a la explotación, el abuso sexual, los matrimonios y embarazos adolescentes
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Los niveles de desigualdad que reporta la OCDE, consideró, son antiéticos y no pueden seguir así. México está muy cerca de perder el bono demográfico, pues cada año se necesita generar 1.2 millones de empleos que no se concretan y que llevan a millones de adolescentes y jóvenes al trabajo precario, con bajos salarios y prestaciones sociales
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En México, insistió, no es lo mismo para un niño nacer en la delegación Benito Juárez de la capital del país que en la montaña de Guerrero, la perspectiva de futuro, de cuánto le llevará lograr una mejora en su calidad de vida es muy distinta
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Se descompuso
el elevador
Tenemos que recordar, dijo, que cuando pedimos las mismas oportunidades para todos en ingreso y empleos de calidad, hay personas que suben desde la planta baja, al primero o quinto piso, pero hay quien viene desde el sótano, y no se ofrecen las mismas condiciones para que todos puedan partir del mismo piso. La movilidad social es un elevador que está descompuesto
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