Viernes 24 de agosto de 2018, p. 4
Fráncfort., Torcidos, con plantas, pixelados... cinco rascacielos fuera de lo común, entre ellos la Torre Reforma de la Ciudad de México (CDMX), llegaron a la final del Premio Internacional de Rascacielos de 2018, se informó ayer en Fráncfort.
Los otro cuatro edificios son de Bangkok, Beirut, Pekín y Singapur.
El galardón está dotado con 50 mil euros (unos 58 mil dólares) y es entregado desde 2004 cada dos años por la ciudad de Fráncfort, el Museo de Arquitectura alemán y la entidad financiera alemana DekaBank.
El premio se entregará el primero de noviembre en la Paulskirche de Fráncfort. Los cinco finalistas fueron elegidos entre 36 nominaciones de 15 países. Los edificios deben tener al menos 100 metros de alto y como máximo dos años de antigüedad.
Edificio en urbe sísmica
Maha Nakhon: el estudio de arquitectura del alemán Ole Scheeren construyó el edificio más alto de Tailandia (77 pisos). Con una fachada que parece pixelada, se convirtió según el jurado en el nuevo edificio distintivo de Bangkok.
Beirut Terraces, del grupo suizo Herzog & de Meuron, consiste en una serie de pisos superpuestos de forma irregular que hacen que se confundan interior y exterior y permiten una buena ventilación en la calurosa Líbano.
Torre Reforma, del arquitecto mexicano L. Benjamín Romano, tiene un aspecto menos espectacular, sin embargo impactó al jurado por su diseño estructural inteligente en una ciudad altamente sísmica.
Chaoyang Park Plaza en Pekín, del estudio oriental MAD Architects, con oficinas en China y Japón, es para el jurado ‘‘tanto poco convencional como armónico’’: la forma del edificio en Pekín está inspirada en la pintura de paisajes tradicional china.
El Oasia Hotel Downtown, de la firma de arquitectura localizada en Singapur WOHA, es un rascacielos lleno de verde, considerado un oasis natural para el jurado, aunque protegido del sol y la lluvia en la densamente construida Singapur. Hasta su fachada está tapizada con plantas.