18 de agosto de 2018     Número 131

Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER

Suplemento Informativo de La Jornada

Primero los pobres, primero el campo


Nuevas formas de pensar y de actuar en el campo. FOTOS: Enrique Pérez S. / Anec

Plutarco Emilio García Jiménez

El pasado primero de julio AMLO arrasó en Morelos. La ciudadanía dijo basta a la corrupción, al autoritarismo y la violencia. La coalición Juntos haremos historia ganó la gubernatura, todas las diputaciones federales y locales de mayoría y casi el 50 por ciento de las presidencias municipales.

En las dos ocasiones anteriores en que AMLO fue candidato a la presidencia de la república obtuvo mayoría de votos en la entidad; así que no fue novedad su arrollador triunfo. Lo que fue nuevo es contar con mayoría de legisladores y haber ganado las presidencias municipales de las ciudades más importantes. Sin embargo, la gran mayoría de los triunfadores no provienen de la izquierda ni de los movimientos sociales, y lo que es peor, algunos no tienen ninguna trayectoria política, por lo que su compromiso con la población y los electores es aun incierto. Será necesario un proceso de sensibilización y formación ideológica a través del diálogo con gente de lucha y el conocimiento de las agendas de los diferentes sectores de la población.

Ante ello, un conjunto de organizaciones campesinas de la entidad, decidieron conformar el Movimiento Plan de Ayala Siglo XXI para el rescate del campo morelense, cuyo compromiso fue promover el voto campesino en favor de AMLO y defender los resultados de la elección. El candidato presidencial de Morena y de la Coalición aceptó firmar en Jerez, Zacatecas, el pasado 10 de abril, el Plan de Ayala Siglo XXI-2, ante representantes de más de 100 organizaciones campesinas e indígenas. La delegación de Morelos, para entonces, ya contaba con su propia propuesta para rescatar el campo morelense, que fue entregada al candidato presidencial, lo mismo que al candidato a la gubernatura de la entidad.

Los ejes temáticos que conforman el documento para el rescate del campo morelense son: soberanía alimentaria, planeación estratégica, infraestructura productiva, reactivación de la agricultura familiar, precios de garantía y comercialización directa, agua y saneamiento de cuencas, ríos y barrancas; rescate y conservación de manantiales, reservas agrícolas y áreas naturales protegidas, defensa de la tierra y territorios, fortalecimiento de ejidos y comunidades, protección de zonas arqueológicas y patrimonio histórico, fortalecimiento de la organización autónoma y un campo seguro y libre de violencia. Entre los ejes transversales figuran la equidad de género, combate a la corrupción, austeridad y rendición de cuentas, formación y desarrollo de capacidades, financiamiento multianual y transparencia.

En torno a los ejes anteriores, las organizaciones que han venido realizando un trabajo intenso de información y consulta entre los productores agropecuarios, podrán proponer proyectos estratégicos con visión sustentable e integral, proyectos comunitarios y regionales, empresas sociales bajos los principios de la economía solidaria y el comercio justo.

Organizaciones campesinas, de profesionistas y técnicos, como MOCEDMA, UPM-CNPA, COCYP, ANEC, CCAMPO, MAIZ, Barzón del Sur, Barzón Morelos, Agrocam, Red de Profesionistas, Acción Patriótica Ciudadana y CIOAC-DL, se han comprometido a la regeneración de la vida nacional y local, al rescate de valores como la honestidad, la dignidad, la solidaridad, así como al combate de la violencia, la corrupción y la autodestrucción.

Ante la entrega antipatriótica por los gobiernos priistas y panistas de nuestros recursos naturales como el agua, el petróleo y nuestra riqueza minera a empresas transnacionales, es primordial la resistencia de los movimientos sociales; tenemos que defender, además, nuestra cultura, el patrimonio arqueológico e histórico de las comunidades, nuestras semillas nativas, nuestros maíces y el derecho a una alimentación sana.


No mentir, no robar, no traicionar.

Frente al desastre económico y social en que vive nuestro país, es urgente elaborar y aplicar una estrategia de desarrollo sustentable e integral que revierta los efectos (económicos, sociales, ambientales e ideológicos) de las políticas neoliberales. Es indispensable iniciar un proceso de reconstrucción de la economía rural que beneficie a los pequeños productores afectados por la avalancha de privatizaciones y la aplicación de un TLCAN, que sólo benefició a una élite de agroexportadores. Es necesario diseñar e institucionalizar políticas públicas que reactiven la producción y la agricultura campesina, que mejoren en cantidad y calidad de la producción agropecuaria, con cuidado del medio ambiente y con acceso de los campesinos e indígenas a los mercados locales y regionales. Estos objetivos solo podremos alcanzarlos mediante una planeación participativa, democrática y con equidad de género; con presupuestos y programas multianuales que den permanencia y sostenibilidad a los pequeños productores, a las comunidades indígenas, a las mujeres y a los jóvenes cuyo futuro es actualmente incierto.  

Ante la destrucción del tejido social y el debilitamiento de los lazos comunitarios por la violencia y la impunidad, es necesario fortalecer la unidad y la cooperación bajo nuevas formas de pensar y de actuar en el campo. Es necesario promover la refundación de nuestras organizaciones, con base en una democracia participativa y liderazgos honestos que rindan cuentas ante el pueblo y el nuevo gobierno. No permitamos que arribistas y oportunistas con falsos discursos de izquierda lleguen al poder; y en caso de que lleguen, mantengamos una estricta vigilancia de su ejercicio, para exigir su destitución si no cumplen.

Seamos inflexibles en los principios éticos, reiterados por AMLO, de no mentir, no robar, no traicionar.

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