Viernes 17 de agosto de 2018, p. 28
Madrid
Hace un año, alrededor de las cinco de la tarde, un comando del Estado Islámico perpetró el peor atentado en la historia de Barcelona: una furgoneta recorrió a más de 100 kilómetros por hora la atestada zona peatonal de La Rambla, con saldo de 15 muertos y 131 heridos, en una matanza que conmocionó al país.
Un año después, las víctimas y sus familiares acusan a los políticos de manipular la tragedia a su favor, lo que consideran una afrenta a la memoria de los muertos y al dolor de los que todavía recuerdan ese ataque.
Desde que ocurrió el doble atentado, primero en La Rambla, y en la madrugada del día siguiente en la localidad de Cambrils, cuando fueron atropellados tres policías y cinco de los supuestos miembros de la célula integrista fueron abatidos en un operativo, se ha registrado una guerra entre los políticos independentistas catalanes, que detentan el poder, y el Estado español, presidido por el socialista Pedro Sánchez.
Los atentados ocurrieron mes y medio antes del referendo soberanista que llevó a la declaración unilateral de independencia, que finalmente fracasó, y que provocó una ola de procesos judiciales contra los líderes catalanes que lo impulsaron.
Uno de esos personajes fue Josep Lluis Trapero, entonces jefe de los Mossos de Squadra –la policía autonómica catalana–, procesado en la actualidad por su actuación durante el referendo.
A un año de la tragedia, el gobierno catalán que preside el independentista Quim Torra, intentó centrar los homenajes en la figura de Trapero y del ex consejero (ministro) del Interior, Joaquim Forn, preso desde noviembre pasado acusado de rebelión, malversación y desobediencia. Pero las víctimas y Trapero pidieron de forma pública no ensuciar el dolor de los afectados con acciones políticas, por lo que el gobierno catalán dio marcha atrás.
Nos sentimos engañados y olvidados por las autoridades, tristes, pero con ganas de recuperar nuestras vidas
, señaló Ana Cortés, quien resultó lesionada mientras paseaba por La Rambla la tarde del 17 de agosto de 2017.
Sigo teniendo miedo y ataques de ansiedad. Así estamos, luchando. Y soy consciente de que a partir del día 18 volveremos a ser olvidados. Durante este año, ningún partido, ni asociaciones, ni organizaciones se han interesado en saber quiénes somos las víctimas y cuáles son nuestras necesidades; esos que se pelean por hacerse una foto con nosotros y para los que hoy somos su prioridad
, acusó, en alusión a los partidos de todos los colores.
Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, se sumó a la petición de no politizar el dolor de las víctimas e informó que desde su administración se ha trabajado mucho en las últimas semanas para evitar que durante el homenaje, al cual se prevé que asistan el Rey Felipe VI y el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, se escuchen abucheos o expresiones salidas de tono.