Martes 14 de agosto de 2018, p. 9
Larissa. Había una vez, en las regiones del centro de Grecia, un pequeño pueblo que se rindió al famoso compositor de cine Ennio Morricone y pintó un gran mural para honrarlo.
Los habitantes de Larissa crearon un club de fans dedicado al maestro italiano, conocido por sus partituras para películas clásicas como Érase una vez en América, El bueno, el feo y el malo, y La misión.
La Sociedad Cultural de Amigos de la Música de Ennio Morricone proyecta sus filmes y transmite sus conciertos en vivo en grandes pantallas sobre sitios arqueológicos. Como última seña de aprecio, encargaron un mural para retratar el perfil de Morricone en un bloque residencial de cinco pisos, a unos mil kilómetros de su lugar de nacimiento, en Roma.