Luego de montarse en Los Ángeles y Nueva York, llega a São Paulo; incluye trabajos de las mexicanas Maris Bustamante, Lourdes Grobet, Yolanda Andrade y Graciela Iturbide
Sábado 11 de agosto de 2018, p. 3
La exposición colectiva itinerante Mujeres radicales: arte latinoamericano, 1960-1985, que el 18 de agosto será inaugurada en la Pinacoteca de la Secretaría de la Cultura de São Paulo, Brasil, reúne más de 280 trabajos de fotografía, video y pintura de unas 120 artistas de 15 países, incluidas algunas creadoras chicanas.
Con la curaduría de Cecilia Fajardo-Hill y Andrea Giunta, es la primera muestra que documenta de manera significativa un panorama del arte creado por mujeres en América Latina.
La finalidad de esa exposición es romper el estereotipo de que la artista latinoamericana es pasiva, víctima de circunstancias adversas y profesionalmente incapaz. En contraste se ofrece un universo inimaginable de autoras,en su mayoría desconocidas por el gran público, que demostraron ser vanguardistas y contestatarias.
El eje es el cuerpo y la muestra consta de nueve secciones, en las que destacan Autorretrato, Resistencia y temor, y Erotismo. Cada parte demuestra cómo las artistas trabajaron revirtiendo clichés, liberando el cuerpo de su atadura erótica para transformarlo en vigoroso instrumento de denuncia política y social en un ámbito histórico-regional no sólo machista, sino marcado por la dictadura, la represión, la tortura y la violencia. La ruptura no era sólo de género, sino del sistema.
El lenguaje vanguardista fue el más eficaz para transmitir esta condición de divorcio y experimentación, sobre todo el performance, además de video y fotografía. Fue el cuerpo, junto con la militancia política y social, apunta Fajardo-Hill en el catálogo, ‘‘lo que quebrantó las estructuras patriarcales que cambiaron radicalmente la iconografía del arte”.
Según las curadoras, a excepción de México, donde se generó un movimiento feminista desde los años 70 del siglo pasado a la par de Estados Unidos y Europa, la mayoría de las artistas del continente no concibieron su obra con la finalidad deliberada de hacer un arte feminista. Sin embargo, su correspondencia con las teorías de esta corriente de entonces permiten hoy considerarlas dentro de la misma.
Junto a las artistas más conocidas e influyentes como Lygia Pape, Cecilia Vicuña, Anna Maria Maiolino, Ana Mendieta, Beatriz González y Marta Minujín, la muestra pretende abrir paso y visibilidad internacional a creadoras hasta hoy ignoradas, pero de gran solidez.
Las mexicanas presentes y reseñadas en el catálogo por Karen Cordero son las exiliadas Kati Horna y Marta Palau, y después la generación que nació entre 1940 y 1955. De la feminista pionera Mónica Mayer a Yolanda Andrade, Maris Bustamante, Ximena Cuevas, Lourdes Grobet, Silvia Gruner, Graciela Iturbide, Ana Victoria Jiménez, Magali Lara, Sarah Minter, Polvo de Gallina Negra, Carla Rippey, Jesusa Rodríguez y Pola Weiss.
Se trata de una exposición que sin duda quedará como referente y precedente, no sólo por su solidez científica, como documenta el catálogo, sino por su postura curatorial, capaz de marcar tendencias, subvertir parámetros y superar prejuicios. La aportación de una genealogía del arte feminista en Latinoamérica sienta además las bases para la nueva generación de artistas que trabajan en esta dirección.
Mujeres radicales: arte latinoamericano, 1960-1985, que concluirá el 19 de noviembre, también incluye obras de la performancera mexicana Maria Eugenia Chellet,la escultora colombiana Feliza Bursztyn y las brasileñas Leticia Parente, una de las pioneras del videoarte, y Teresinha Soares, escultora y pintora.
La muestra es auspiciada por la Fundación Getty y los recursos fueron gestionados, entre otros, por Eugénio López Alonso, presidente del Museo Jumex, ubicado en Ciudad de México, donde se presenta la exposición Memorias del subdesarrollo que culminará el 9 de septiembre y complementa la perspectiva sobre la región, alusiva a los mismos años que documenta la que se abrirá en la Pinacoteca de São Paulo.