Incluye a afrodescendientes
Enfrentan comunidades autóctonas la falta de maestros que hablen su lengua y los menores niveles de escolaridad en el país
Viernes 10 de agosto de 2018, p. 40
A pesar de que las brechas de acceso, permanencia y tránsito a otros niveles educativos se han reducido entre los indígenas y afrodescendientes, en comparación con el resto de la población, el desafío actual es la calidad y pertinencia de los aprendizajes que se les imparten, reconoció Sylvia Schmelkes del Valle, integrante de la Junta de Gobierno del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (Inee).
Durante la presentación del Panorama educativo de la población indígena y afrodescendiente 2017, Schmelkes destacó que estos dos grupos pueden tener acceso a la escuela, pero a lo mejor no están aprendiendo lo que van a necesitar para desempeñarse adecuadamente en su comunidad. Por eso el énfasis tiene que ser: calidad y pertinencia educativa
.
El documento, elaborado en colaboración con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y que por primera ocasión incluyó datos de la población afrodescendiente, detalla que uno de cada 10 mexicanos es indígena, pero sólo uno de cada cinco se autoadscribe como tal, mientras que uno de cada 100 se identifica como afrosdescendiente.
De ellos, 61.4 por ciento, es decir, 7.3 millones, son hablantes de una lengua indígena, y al menos 12.3 por ciento (909 mil 356) son monolingües. Subrayó que el número de mexicanos que se autoadscribe como indígena se incrementó, pues actualmente suman 25.6 millones, y en el caso de los afrodescendientes son 1.3 millones de personas.
Schmelkes del Valle destacó que si bien 57.3 por ciento de la población escolar indígena habla una de las cinco principales lenguas (náhuatl, tzeltal, tzotzil, mixteco y maya), no siempre cuentan con maestros que dominen su lengua.
Se detectó que 9.5 por ciento de los prescolares y 8.3 por ciento de primarias indígenas no cuentan con al menos un docente que hable la lengua materna de la comunidad donde residen, cifra que se eleva en Chiapas y Oaxaca, estados con mayor población originaria.
Otro desafío es la desigualdad en la escolarización de estas poblaciones, pues los indígenas y hablantes de una lengua no sólo tienen menor nivel de escolaridad, también tasas más elevadas de analfabetismo.
La población nacional tiene 9.2 años de escolaridad, pero en el caso de los indígenas y hablantes de una lengua distinta al español la cifra cae a 6.6 y 5.7 años respectivamente. En el caso de la afrodescendiente es de 8.9 años de escolaridad.
El porcentaje de quienes no saben leer y escribir entre los indígenas es casi cuatro veces superior a la media nacional (5.5 por ciento), pues 17.8 por ciento es analfabeta, mientras que la población hablante de una lengua con esta condición alcanza 23 por ciento. En tanto, la tasa de analfabetismo para la población afrodescendiente es de 6.8 por ciento.
En entrevista, Schmelkes del Valle destacó que la educación para la población indígena debe ser intercultural y bilingüe para adaptarse a sus necesidades, porque las brechas se están cerrando, sobre todo la cobertura en primaria; aunque aún existen brechas en secundaria, hay avances
.
En la educación media superior, explicó, hay progresos importantes en cuanto a acceso, fundamentalmente por los telebachilleratos comunitarios que se establecieron en zonas rurales pequeñas, y eso beneficia fundamentalmente a la población indígena que aún carece de esta oferta, pues permite que puedan estudiar sin salir de sus comunidades
.
Sin embargo, admitió, que las carencias sociales que enfrentan indígenas y afrodescendientes, la pobreza y la falta de equipamiento de las escuelas a las que asisten, son obstáculos para mejorar sus aprendizajes, pues los centros escolares que los atienden mantienen los porcentajes más elevados de alumnos con resultados considerados insuficientes.
Deben garantizarse aprendizajes de calidad
Por su parte, Paola Gómez, oficial de educación en Unicef-México, destacó que aún se deben hacer esfuerzos por mejorar las condiciones de escolaridad de esta población y garantizar que puedan concluir su formación con aprendizajes de calidad.
Destacó que tras los sismos de septiembre de 2017, aún no sabemos cómo pudo afectar el daño a la infraestructura escolar para que miles de niños y adolescentes indígenas que estaban escolarizados, enfrenten el riesgo de abandonar la escuela
, por lo que llamó a redoblar esfuerzos.