Con el fin de repensar el futuro de la educación en México, académicos y expertos proponen que el Estado abra un espacio de diálogo para escuchar todas las voces y una agenda nacional que, sin ser exhaustiva, busca orientar el esfuerzo hacia la construcción de un sistema incluyente, equitativo, justos e integral.

En la obra La educación y los retos de 2018, editado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), se reúnen las propuestas de 10 investigadores de diversas casas de estudios en temas como la construcción de un nuevo proyecto en la materia; la cobertura con justicia e inclusión social; la calidad y la evaluación; la participación de los docentes en la toma de decisiones; infraestructura y financiamiento, así como los retos de la educación superior en nuestro país.

El texto, coordinado por Hugo Casanova Cardiel, profesor-investigador del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (IISUE) de la UNAM, se plantean diversas propuestas, entre ellas, abrir una reflexión sobre el carácter humanista de la educación y analizar la formación de hombres y mujeres que deberán integrarse a la sociedad.

Se propone plantear políticas de hondo calado, pero acompañadas de medidas sociales en salud, alimentación y vivienda. Promover metas a corto y mediano plazos ajenos a la demagogia y con claridad sobre su implementación y financiamiento.

Las iniciativas, recogidas como parte de las aportaciones del foro La educación y sus retos, convocado por la UNAM, también señalan la necesidad de replantear el papel del Estado como promotor de la educación escolarizada, pero desde una lógica democrática, horizontal e integradora. Respetuosa de los saberes, de la historia de las instituciones, así como del pensamiento de profesores y alumnos.

Los investigadores también sugieren analizar la posibilidad de crear un órgano consultivo de la enseñanza nacional, el cual pueda brindar apoyo, sustentado en los saberes educativo y social.

En cuanto a la cobertura, proponen incrementarla en todos los niveles para superar los planteamientos meramente discursivos y hacer realidad que nadie se quede fuera de la escuela por ningún motivo ajeno al desempeño académico.

Consideran que es necesario construir un modelo intencional que destaque de manera prioritaria la atención a los grupos y zonas más vulnerables, para que se atienda de forma diferenciada a la población con mayores rezagos, con esquemas que garanticen su acceso a una educación de calidad.

Por lo que respecta al financiamiento de la educación, los especialistas sugieren orientar el gasto a aspectos sustantivos del sector, conforme a criterios de planeación y programación, y no políticas coyunturales, entre sus propuestas.