Investigación en Estados Unidos
Revela la mutación de genes y proteínas e indica la ubicación exacta del tumor maligno en 83% de casos
Viernes 3 de agosto de 2018, p. 36
Con un análisis de sangre ya es posible detectar ocho tipos de cáncer. Para cinco de ellos no existía, hasta ahora, ningún método de identificación. La prueba desarrollada por investigadores de la Universidad Johns Hopkins, Boston, Estados Unidos, utiliza información de mutaciones en 16 genes y ocho proteínas asociadas a los tumores de ovario, hígado, páncreas, esófago, estómago, colorrectal, pulmón y mama.
La prueba también tiene la capacidad de señalar la ubicación exacta del tumor maligno, incluso en las zonas anatómicas más pequeñas, en 83 por ciento de los pacientes, explicó Cristian Tomasetti, profesor adjunto de oncología y bioestadística, integrante del proyecto de investigación.
El trabajo incluyó la revisión de datos de más de 30 años de investigaciones sobre la genética del cáncer generados en el Centro Ludwig de Johns Hopkins. Ahí se crearon los primeros mapas genéticos de esta enfermedad. Asimismo, los investigadores utiliza-ron información generada en otras instituciones.
Una vez diseñada la prueba, los especialistas evaluaron la condición de mil pacientes con alguno de los ocho tipos de cáncer seleccionados –sin metástasis– en los estadios I a III. Descubrieron que el análisis tiene puede encontrar las neoplasias en 70 a 98 por ciento de los casos de cáncer de ovario y 33 por ciento respecto del de mama.
Para los cinco tumores que carecen de una prueba de detección (ovario, hígado, estómago, páncreas y esófago), la sensibilidad diagnóstica fue de 69 a 98 por ciento.
Joshua Cohen, estudiante de Facultad de Medicina en la Universidad Johns Hopkins, explicó que buscaron tener un panel genético pequeño, pero sólido, que pudiera detectar al menos una mutación común en la mayoría de los tumores.
Puntualizó la necesidad de que el panel fuera pequeño para reducir al mínimo los resultados falsos positivos y evitar el incremento en los costos del estudio. Recordó que al principio exploraron varios cientos de genes y 40 proteínas y al final se quedaron con 16 genes y ocho marcadores proteínicos.
Los expertos comentaron que a diferencia de otras pruebas donde se analizan grandes cantidades de genes, en este desarrollo se logran resultados específicos y con alta precisión. Esto era fundamental porque los falsos positivos pueden llevar a que los pacientes sean sometidos a otros procedimientos de seguimiento invasivos e innecesarios para confirmar la presencia de algún cáncer, explicó Kenneth Kinzler, profesor de oncología y codirector del Centro Ludwig de Johns Hopkins.