Miércoles 25 de julio de 2018, p. 4
Budapest
A medida que el sol se levanta sobre Budapest, cientos de personas despliegan sus ‘‘mat’’ de yoga en un puente sobre el Danubio, un lugar que se ha convertido en punto de encuentro urbano con picnics, conciertos y danza.
El Puente de la Libertad de Budapest, que data del siglo XIX, estará cerrado al tráfico cuatro semanas este verano y se erige en un espacio para que húngaros y turistas beban una copa de vino y se relajen.
‘‘Hay una dinámica muy especial aquí’’, dijo Zita Demeter, profesora de yoga que imparte clases en la mañana. ‘‘La gente puede conectarse con el flujo del Danubio, la atmósfera de Budapest. Y el puente también es un símbolo del yoga porque ayuda a conectarse’’.
Después de que en el verano de 2016 los locales tomaron el puente cuando estuvo cerrado durante días para una serie de obras temporales, una organización convenció al municipio de Budapest de cerrarlo al tráfico por unos días de nuevo el año pasado.
Esto resultó tan popular entre turistas y locales que el festival del puente es ya un acto regular.
‘‘Pensamos en un espacio público donde nada significara gastar dinero’’, dijo Benjamin Peter, coordinador del proyecto. ‘‘Las personas pueden traer lo que quieran consumir y compartir si lo desean’’, añadió.
A medida que pasan las horas la actividad en el puente se transforma. Unos amigos asan salchichas en una parrilla y desde más lejos se escucha un concierto; otro grupo conversa y bebe copas de vino disfrutando la suave brisa que llega desde el río.