Diversas organizaciones de la sociedad civil clausuraron ayer de manera simbólica la embajada de Nicaragua en México en rechazo a la violencia en ese país y las graves violaciones de derechos cometidas por el gobierno de Daniel Ortega y su esposa, Rosario Murillo.

Feministas denunciaron el asesinato de más de 300 personas, cientos de heridas y las más de 400 presas, la criminalización de la protesta social, así como desapariciones, agresiones sexuales y violaciones a la libertad de expresión.

Ciudad Feminista; Elige; Red de Jóvenes por los Derechos Sexuales y Reproductivos, y Equidad de Género, Ciudadanía, Trabajo y Familia, entre otras, condenaron la violencia de cualquier gobierno opresor, el abuso de las mujeres y toda vulneración de los derechos de la ciudadanía nicaragüense en general.

Exigieron la creación de una comisión de la verdad independiente, así como la renuncia de Ortega y Murillo.

La manifestación se suma a las protestas que se realizarían en otros países de América Latina y el mundo para recordar al gobierno opresor que el 19 de julio de 1979 marcó un hito en la historia de Nicaragua, fue el día en el que el país se libró de la dictadura somocista; 39 años después esta nación sigue luchando por su libertad.

Juan Martín Pérez, de la Red Latinoamericana y Caribeña por la Defensa de los Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes, destacó el impacto de la crisis política en esa nación sobre este sector de la población.

Obispos de América Latina y el Caribe se solidarizaron con el pueblo nicaragüense y exhortaron a que en las misas del domingo en las comunidades creyentes se pida por Nicaragua. Ante esta grave situación, estamos llamados a ser la voz de quien no tiene voz, para hacer valer sus derechos, encontrar caminos de diálogo e instaurar la justicia y la paz, expresó el Consejo Episcopal Latinoamericano.