Washington

El presidente Donald Trump volvió a provocar controversia este miércoles al negar que Rusia todavía tenga en la mira a Estados Unidos, una afirmación que no corresponde con las recientes advertencias de su principal director de inteligencia sobre las actuales amenazas a la seguridad electoral.

La Casa Blanca desdijo a Trump y expresó: la amenaza que representa Moscú aún existe para la democracia estadunidense, y una declaración del jefe de Estado en sentido contrario fue mal interpretada.

Ante la pregunta de una periodista de si Rusia seguía teniendo a Estados Unidos en la mira, Trump respondió: Gracias, no. Cuando se le repreguntó si no creía que ese era el caso, volvió a decir: No.

De esta forma, apenas dos días después de su cumbre con su par Vladimir Putin, Trump puso en duda una vez más las investigaciones de sus servicios secretos, que determinaron que hubo injerencia rusa en las elecciones presidenciales de 2016 en Estados Unidos, en las que el magnate resultó ganador.

Más tarde, la portavoz del presidente, Sarah Sanders, dijo que Trump sigue considerando que Rusia tiene a Estados Unidos en la mira. Él cree que seguramente volverán a tener en la mira las elecciones estadunidenses, afirmó. Añadió que estamos tomando medidas para que las cosas no se repitan.

Según Sanders, con sus dos no Trump quiso dar a entender que no quería responder más preguntas sobre el tema. Hablé con el presidente y dijo que no respondió a la pregunta. Pero tras su doble negativa, Trump habló todavía un minuto más con los periodistas, mientras el desmentido de Sanders se produjo tres horas más tarde y refirió que Trump le advirtió a Putin el lunes durante la cumbre que se mantuviera alejado de las elecciones estadunidenses.

Tras recibir fuertes críticas internas por desestimar lo dicho por las agencias de inteligencia estadunidenses durante la cumbre con Putin, el martes, Trump afirmó: Acepto las conclusiones de nuestros servicios secretos de que hubo injerencia de Rusia en las elecciones de 2016.

Tras las declaraciones de Trump, el embajador ruso Anatoli Antonov dijo: Nuestra principal exigencia: demostrar los hechos. Las susposiciones son sencillamente un disparate. No hay pruebas claras que lo puedan demostrar, dijo el diplomático ruso a la agencia de noticias Interfax. Por el momento el Kremlin no se ha pronunciado al respecto.

Durante la rueda de prensa en Helsinki, Putin negó cualquier intervención de Rusia en los comicios. Trump comentó entonces: No veo motivos por los cuales habría de ser Rusia.

El martes Trump aclaró que, tras revisar una transcripción de sus declaraciones, notó que se había expresado mal y que la frase debía decir: No veo motivos por los cuales no habría de ser Rusia.

Este miércoles, Trump lanzó en Twitter un ataque contra sus detractores: Algunas personas odian el hecho de que me haya llevado bien con el presidente Putin de Rusia. Preferirían ir a la guerra antes que ver esto. ¡Se llama síndrome de desorden de Trump!

Añadió: A muchas personas con un nivel superior de inteligencia les encantó mi intervención en la conferencia de prensa en Helsinki ...Putin y yo discutimos muchos temas importantes en nuestra pasada reunión. Nos llevamos bien, lo que realmente molestó a muchos detractores que querían ver un combate de boxeo. ¡Habrá grandes resultados!, escribió.

En otro tuit dijo: Rusia ha aceptado ayudar con Corea del Norte, donde las relaciones con nosotros son muy buenas y el proceso avanza.

Legisladores demócratas presionaron al Congreso para citar a la intérprete de Trump entre el presidente estadunidense y Putin, ya que ambos mantuvieron negociaciones privadas por dos horas, lo cual provocó alarma. Es probable que la Casa Blanca rechace la solicitud e invoque el privilegio del Ejecutivo y argumente que ningún presidente está obligado a revelar sus conversaciones en privado y que tampoco un traductor debería estar obligado a hacerlo.

En ese contexto, Trump y su esposa Melania visitaron la Base Andrews para rendir homenaje a la familia del agente del Servicio Secreto Nole E. Remagen, quien murió el martes en Escocia tras una apoplejía, mientras que Maria Butina, una aficionada a las armas de fuego, sospechosa de ser una agente encubierta rusa, quien probablemente estuvo en contacto con agentes del Kremlin mientras vivía en Estados Unidos, espera un juicio bajo cargos de conspiración y de actuar como agente extranjero no registrado para Rusia, informaron este miércoles los fiscales del caso.