Una expansión sostenible del gasto deberá sustentarse en reformas fiscales que lleven a una mayor recaudación tributaria y que permitan continuar con el proceso de consolidación fiscal, preservando el marco de estabilidad macroeconómica, consideró el Grupo Financiero Santander.

En su informe semanal, el intermediario financiero destacó que el tema central para las finanzas públicas es que los ingresos presupuestales siguen siendo una limitante para financiar mayores niveles de gasto. De acuerdo con cifras de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México es el país miembro que menos ingresos gubernamentales tiene como porcentaje del producto interno bruto (PIB) de 17 por ciento, contra 34 por ciento de la media de los países miembros.

Informes de la Secretaría de Hacienda y Crédito Púbico (SHCP) precisan que los ingresos tributarios como porcentaje del PIB son bajos aunque mejoraron recientemente, ya que pasaron de 9 por ciento en promedio anual 2000-2006 a 8.8 por ciento durante 2007-2012 y sólo hasta el periodo 2013-2017 avanzaron a 11.8 por ciento del PIB. Pero esta mejora resultó de una mayor recaudación del impuesto sobre la renta (ISR) que se elevó desde 4.1 por ciento del PIB de 2000-2006 a 5 por ciento en 2007-2012 y finalmente hasta 6.4 por ciento durante 2013-2017.

Los analistas del Grupo Financiero Santander señalaron que los bajos niveles de ingresos gubernamentales reflejan una limitada recaudación tributaria pese a que ésta ha mejorado en el tiempo. Ello ha resultado en restricciones significativas para incrementar el gasto público, sobre todo en temas fundamentales de pensiones y gasto social.

Así que adicional a buscar permanentemente una mayor eficiencia del gasto gubernamental y más allá de las ganancias inerciales que resultan del crecimiento sostenido de la actividad económica y de la eficacia en la recaudación, es indispensable considerar que una expansión sostenible del gasto deberá sustentarse en reformas fiscales que lleven a una mayor recaudación tributaria y que permitan continuar con el proceso de consolidación fiscal, preservando el marco de estabilidad macroeconómica.

Al respecto, el secretario de Hacienda, José Antonio González Anaya, consideró que una vez pasadas las elecciones federales existen dos factores de incertidumbre que no se han resuelto y que eventualmente modificarían el desempeño de la economía mexicana a mediano y largo plazo.

Estos temas son la modernización del Tratado de Libre Comercio de América del Norte y la necesidad de llevar a cabo una reforma fiscal en México.

Para González Anaya las Finanzas Públicas deberían ser cada vez menos dependientes del petróleo, tener una mejor recaudación y más contribuyentes. Esto para enfrentar las implicaciones de la reforma fiscal puesta en marcha en Estados Unidos y el creciente pago de pensiones, entre otros.

Adicionalmente, la SHCP advierte que México enfrenta un proceso de transición demográfica en el que la población en edad de pensionarse crece más rápidamente que el resto. Se estima que en 2018 la población en edad de pensionarse será de unos 9.1 millones de personas, pero para 2040 esta población llegará a 19.5 millones.

Ello implica mayores gastos en pensiones y salud que supone un reto considerable para las finanzas públicas a mediano y largo plazos, concluyó.