Las renuncias de Damián Zepeda, actual dirigente nacional del Partido Acción Nacional (PAN), y de todos los integrantes del comité ejecutivo nacional (CEN), demandaron 32 militantes del blanquiazul. Argumentaron que carecen de legitimidad colectiva para seguir conduciendo al instituto. Deben convocar de inmediato a la renovación de órganos estatutarios.

En una carta señalaron que el resultado electoral los reprueba y desacredita su encargo para una nueva oportunidad de conducción. La institucionalidad del partido fue fracturada por estar a merced de intereses personales. El instituto debe refundarse con nueva proyección de sus principios doctrinales y mayores exigencias de vida ética y democrática interna.

Advirtieron que la dirigencia de Ricardo Anaya, candidato a la Presidencia por la coalición Por México al Frente, rompió con la esencia democrática institucional del PAN mediante acciones inaceptables como la captura del padrón de militantes, la concentración cupular del poder, la cancelación de la pluralidad y de la competencia internas; corrupción, autoritarismo, persecución de la disidencia, entre otras. La formación del frente fue intransitable para buena parte de los panistas y conveniente sólo para la perspectiva de Ricardo Anaya.

Los panistas Juan Miguel Alcántara Soria, Salvador Abascal, José Luis Treviño, entre otros, advirtieron que Acción Nacional debe reconstruir un proyecto sustentado en las tesis y actitudes democráticas del humanismo político, defendidas sin transacciones ni corruptelas, con base en el quehacer ciudadano obligatorio.

Tras hacer un recuento de la jornada electoral del primero de julio, señalaron que para el PAN fue la mayor derrota desde que se celebran elecciones competidas en México.