Madrid

El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, se reunió ayer por más de dos horas con el mandatario catalán, Quim Torra, lo que abrió una nueva fase de diálogo luego de siete años de distanciamiento. El líder independentista insistió en sus reivindicaciones como el derecho a la autodeterminación y la liberación de los presos políticos, y el Ejecutivo español propuso que volviera a funcionar la comisión bilateral del estatuto de autonomía para abordar cuestiones como el desarrollo del autogobierno.

Sánchez asumió el cargo hace poco más de un mes tras una moción de censura contra Mariano Rajoy. Su llegada a la presidencia fue posible, en parte, por los votos de los 15 diputados de las dos formaciones independentistas catalanas con presencia en Madrid, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y Junts per Catalunya (JxCat).

Con este escenario, Sánchez inició una nueva fase de diálogo con Torra, a quien en el pasado calificó de racista peligroso y xenófobo.

Torra, quien llegó a la reunión con el lazo amarillo que reivindica la causa de los presos políticos, apremió al presidente Sánchez a desbloquear la peor crisis institucional provocada por el Estado español, encontrando una fórmula que permita cumplir con el mandato popular del referendo de independencia en el que la mayoría decidió apoyar la secesión.

El mandatario catalán también pidió la liberación de los líderes independentistas que enfrentan procesos por los delitos de rebelión, malversación y desobediencia. Sánchez rechazó que en España haya presos políticos y advirtió que el gobierno ni puede ni debe incidir en las decisiones de los tribunales.

La comisión bilateral funcionará después de siete años sin trabajar para abordar cuestiones como las políticas sociales, de empleo, el proyecto del corredor del Mediterráneo y las leyes que están congeladas en el Tribunal Constitucional propuestas por anteriores gobiernos catalanes.

Ambas delegaciones acordaron reunirse en las próximas semanas en Barcelona.