La administración de Andrés Manuel López Obrador emprenderá acciones para que siga disminuyendo la deuda como porcentaje del producto interno bruto (PIB), pero también enfrenta retos fiscales, manifestó BBVA Research.

El economista en jefe de BBVA en México, Carlos Serrano Herrera, calificó de muy positivo que entre los primeros mensajes del futuro presidente y de quien ha seleccionado como secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, se haya dejado claro que van a proponer ejercicios fiscales que resulten en superávit primario.

Esto significará que la deuda como porcentaje del PIB siga a la baja, lo cual, a su vez, traerá mejoras en las condiciones de financiamiento de gobierno, empresas y hogares, expuso en un análisis.

El próximo gobierno enfrentará el no trivial reto de mantener disciplina fiscal sin aumentar impuestos e implementando programas sociales de alto costo. No será fácil, subrayó.

La disciplina fiscal no será tarea fácil, si se toma en cuenta que México es un país con una muy baja recaudación: los ingresos tributarios representan sólo 17 por ciento del PIB, la cifra más baja de todos los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

Esto no solamente respecto de los países avanzados de la OCDE, sino también de naciones con un nivel de ingreso similar, como Brasil, Chile, Colombia y Perú, los cuales tienen mayores niveles de tributación, dijo.

Además, Serrano Herrera apuntó que el margen de maniobra para aumentar el gasto es reducido.

Los componentes del gasto que son ineludibles (el costo financiero de la deuda, las pensiones y las participaciones federales) absorben 60 por ciento de ingresos no petroleros y seguirán al alza, en particular las pensiones, que pasarán de representar 3.5 a 4.5 por ciento del PIB en los próximos cinco años, señaló.

Dijo que otorgar una pensión del doble de la que ahora se da a todos los adultos mayores equivaldría a 0.6 por ciento del PIB, comparado con 0.2 que se eroga ahora. Mientras, proporcionar becas a jóvenes que ni estudian ni trabajan, programa que el especialista calificó de acertado, ascendería a 0.9 por ciento del PIB.

Apuntó que el equipo económico de la próxima administración sostiene que logrando eficiencias en el gasto se podrán financiar estos programas sin tener que recurrir a un aumento en el endeudamiento.

Además, se propone consolidar las compras del gobierno federal y reducir sustancialmente el gasto en publicidad, así como consolidar el excesivo número de programas sociales que existen. Todas son magníficas ideas que no solamente reducirán el gasto, sino ayudarán a combatir la corrupción.

Finalmente, consideró positivos dos puntos mencionados por el equipo de López Obrador: sólo implementarán nuevos programas de gasto en la medida en que la restricción de mantener un superávit fiscal primario lo permita, y que no se puede pensar en elevar impuestos sin antes lograr eficiencias en el gasto.