La estrategia de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) para pacificar el país, que incluye una consulta para crear una ley de amnistía y la profesionalización de los cuerpos policiacos, significa un avance importante para terminar con la violencia, pero esas señales positivas contrastan con el acercamiento a un personaje con el perfil de Manuel Mondragón y Kalb, señalaron activistas de organizaciones civiles.

Fernando Ríos, secretario ejecutivo de la red nacional Todos los Derechos para Todas y Todos –que reúne a 74 colectivos de más de 20 estados– consideró que las propuestas de López Obrador y su equipo podrían abrir caminos de reconciliación al buscar esquemas diferentes a la militarización de la seguridad pública y escuchar lo que tienen que decir las víctimas.

Sin embargo, dichas iniciativas se contraponen con la invitación a Mondragón –ex titular de la Comisión Nacional de Seguridad y ex jefe de la policía capitalina– a que colabore con el nuevo gobierno, pues él forma parte de una política represiva que le apuesta al conflicto y significa más de lo mismo en seguridad.

Alternativas como la legalización de la mariguana en ciertos contextos puede ser parte de un plan que ayude a buscar soluciones a la crisis de violencia que sufrimos, y Mondragón no fortalece esas posiciones. Es contradictorio que tras estar con Enrique Peña Nieto, ahora se le invite al gobierno de AMLO, añadió Ríos.

Jesús Robles Maloof, abogado y activista digital, consideró que el plan de pacificación del tabasqueño es muy importante y sus líneas generales son correctas. Darle prioridad a las víctimas habla de que se busca una reducción profunda de los efectos de la violencia en México.

El luchador social defendió la necesidad de disentir con las propuestas del nuevo gobierno como parte de una realidad más dinámica, donde los ciudadanos vigilen de cerca a las autoridades. Mondragón está hecho para el pasado. La estrategia que se pretende impulsar habla de la legalización de algunas sustancias, cosas con las que Mondragón no comulga. Son mensajes contradictorios, porque él ha dicho que apoya la participación del Ejército en la lucha contra el crimen organizado y participó en la represión del 1º de diciembre de 2012, cuando Peña Nieto tomó posesión.