Como muchos paisanos con la mira en el sueño americano, Juan Benito Pérez Benítez “tiró p’aĺ norte”, inconforme a sus 19 años con una exigua paga de ayudante de albañil. Cruzó de mojado, con pago previo al coyote de 4 mil dólares. Caminó noche y día por el desierto de Arizona, falto de alimento y agua.

Fatigado, una camioneta lo recogió a él y otras seis personas en una polvorienta carretera cercana a Tucson, a donde llegaron a restaurar ánimo y fuerzas para luego ser despachados a Phoenix, de donde rebotaron a Raleigh, en el otro extremo del territorio estadunidense.

En la lejanía del terruño, Pérez Benítez recurrió a un don que le brotado por la nostalgia, componer corridos, mas no de temas románticos o de narcos, sino de contenido histórico, de casos de justicia social, explica. Algo que edifique, añade desde Griftom, donde radica en Carolina del Norte, y se gana la vida de pintor de brocha gorda.

Su vena compositora creció durante la campaña de López Obrador por la Presidencia. Le ha compuesto tres corridos que ha colocado en las redes sociales y asegura que uno se acerca ya al millón de reproducciones. Está feliz por el triunfo de AMLO, pero triste por no haber votado debido a que nunca recibió del INE la papeleta, aun cuando, asegura, se registró en tiempo y forma.