La dependencia ha lucrado con la pobreza, afirma la especialista propuesta por AMLO para encabezarla
Viernes 6 de julio de 2018, p. 5
Una restructuración de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), ya que no se ha manejado en forma transparente y ha lucrado con la pobreza, así como una reingeniería de los 18 programas sociales, plantea María Luisa Albores González, propuesta por el virtual presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, para encabezar la dependencia.
Con 18 años de experiencia en trabajo comunitario con organizaciones indígenas, sostiene que el programa de adultos mayores, los grupos originarios y la reforestación, son los rubros primordiales. Explica que el programa de pensiones para los ancianos priorizará a los que se encuentran en zonas marginadas y después cubrir al total de esa población.
Prospera, el programa estrella de la Sedesol, aunque no ha cumplido con el propósito de romper con el círculo intergeneracional de la pobreza, no desaparecerá, pero se modificará para incluir el enfoque productivo y formativo.
Propone dejar de hacer los proyectos en el escritorio, hay que ir a los territorios y escuchar a la gente para acompañarlos en su trabajo
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Albores González nació en Ocosingo, Chiapas, es ingeniera agrónoma por la Universidad Autónoma Chapingo, especialista en zonas tropicales con orientación en cafeticultura sustentable, así como en economía social y solidaria. Comenzó a trabajar en 2001 en la Unión de Cooperativas Tosepan, en Puebla, donde fue coordinadora del área de producción orgánica.
En 2012 fue propuesta por López Obrador para ocupar la secretaría de la Reforma Agraria y es integrante de Morena.
–¿En qué sentido se plantea restructurar la política social?
–Se requiere de una política social más incluyente, participativa y democrática. Tratar a las personas no como beneficiarios, sino como sujetos de derechos. Estamos en un análisis de los 18 programas de la Sedesol. No desaparecen, se va a hacer una reingeniería y a focalizar más para hacer una política social seria. En zonas rurales, y también urbanas de pobreza o pobreza extrema, vemos que muchos de los programas sociales han servido para acciones electorales. No planteamos eso. Buscamos hacer una política social en el territorio que incluye fortalecer las estructuras, como las asambleas. Trabajar con la gente. Se tomará en cuenta su opinión, sin imposición.
–¿Qué garantiza que en esta ocasión los programas sí funcionarán?
–La transversalidad, la integralidad que puedan hacer las diferentes instituciones en un mismo territorio. Hablar de pobreza, de acuerdo con los índices que proporciona el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), es más amplio que sólo tener un ingreso o un trabajo.
Va más allá porque tiene que ver con qué tanto tiene la familia acceso a educación, a servicios de salud, al espacio y servicios en la vivienda y los alimentos, así como a la calidad de cada uno de estos rubros. Esto es hablar de pobreza. No todos los indicadores los cubre la Sedesol, tienen que entrar otras dependencias de educación, salud y agricultura, pero se puede armar el tejido.
–Van más de 20 años de programas de transferencias condicionadas, como Prospera, y los niveles de pobreza no han variado, sobre todo en cuanto a los ingresos. ¿Se requiere cambiar este modelo?
–Acerca de Prospera se plantea hacerlo más formativo y productivo, porque es el programa estrella de la Sedesol, al igual que el de adultos mayores. Se hará esa reingeniería. No ha cumplido con su objetivo. En lugar de disminuir, la pobreza ha aumentado, y el caso más emblemático es Santos Reyes Yucuná (el municipio más pobre del país), ubicado en la región Mixteca de Oaxaca. En 2000 el Instituto Nacional de Estadística y Geografía reportó que 70 por ciento de la población estaba en pobreza; el último dato que arroja el Coneval nos da 99 por ciento. Todos están en esa situación, a pesar de tener Prospera.
Este programa sólo ha cambiado de nombre, antes se denominó Oportunidades y Progresa. Consiste en un apoyo con dinero en efectivo individual que se suma a un condicionamiento: asistencia a la escuela y revisiones periódicas de la Secretaría de Salud. Queremos ir más allá. En esa reingeniería entra el componente productivo y formativo. El programa de adultos mayores inicialmente se ampliará a los pueblos originarios y los municipios con más pobreza extrema y moderada, los cuales se traslapan, y empezará en diciembre. Lo ampliaremos de forma paulatina pero rápida.
–¿Cuál es la meta, reducir la pobreza, mejorar la calidad de vida?
–La gran meta sería reducir la pobreza extrema que existe donde se ubica la mayoría de los pueblos originarios y poseen una riqueza ambiental muy grande, pero la gente llega hasta niveles de pobreza extrema. El Coneval habla de 9.4 millones de personas en esa condición. Se podría reducir a 5 millones con esta reingeniería.
–¿Atacar la pobreza implica combatir la violencia y la inseguridad?
–Sí, de manera que se empezará a trabajar en las regiones y los lugares con mayor inseguridad, conflictos y violencia. Estamos seguros de que al generar empleos van a cambiar los datos y los números.
–En su trayectoria tiene amplio trabajo comunitario. De esa experiencia, ¿qué retoma para aplicarlo a la Sedesol?
–Escuchar a la gente, que tiene sueños y deseos. Hay que potenciar la riqueza que está en su cultura, en su lengua, en su gastronomía, en la forma en que se relaciona con su comunidad, con su ambiente, la madre tierra, el agua. El conocimiento ancestral que tiene de esa flora y esa fauna y el uso que le da mediante la medicina tradicional. Tiene una riqueza grande, que no se ha sabido escuchar.