Martes 3 de julio de 2018, p. 9
MOSCÚ. Las tormentas geomagnéticas de magnitud G1 pueden provocar fluctuaciones ligeras en los sistemas energéticos y afectar de modo insignificante sistemas de control de aparatos espaciales, así como causar auroras boreales en altitudes de 60 grados.
Partículas provenientes del Sol provocaron tormentas en la Tierra el 28 de junio, el 6 y 7 de mayo y el 20 de abril, que fue comparable en intensidad con la del 18 de marzo, pero más duradera.
El paso de la Tierra por corrientes del viento solar no tiene nada de extraordinario y suele suceder en periodos de actividad solar mínima, cuando el campo magnético del astro se debilita sustancialmente.
Como resultado, aumenta sustancialmente la velocidad y la densidad de las corrientes de partículas que se desprenden del Sol, formando el viento solar.