La Subsecretaría de Educación Superior (SES) presenta deficiencias en su gestión como autoridad reguladora y supervisora de la calidad de los servicios educativos universitarios, de acuerdo con la Auditoría Superior de la Federación (ASF).

En su informe sobre la fiscalización de la cuenta pública 2017, la ASF auditó a la SES en relación con la mejora de los servicios educativos en el nivel superior y concluyó que no acreditó su contribución en la mejora de la reglamentación en este ámbito, a pesar de que destinó recursos a ello.

En el documento, la ASF indica que el objetivo de esta auditoría fue fiscalizar que la regulación de los servicios educativos, mediante la emisión de instrumentos normativos actualizados, contribuyó a la mejora regulatoria de la educación superior en la modalidad universitaria.

Para 2017, la SES, indica la Auditoría, emitió ocho documentos normativos actualizados sin disponer de un diagnóstico, por lo que desconoció el efecto en la mejora de los servicios de educación superior, ya que no se emitieron de conformidad con las necesidades educativas para contribuir al proceso de mejora regulatoria del sector, lo que impidió verificar en qué medida los servicios contaron con una normativa que ofrezca alternativas para el desarrollo educativo congruentes con el entorno económico, político, social, cultural y tecnológico de la nación, en beneficio de los 3 millones 91 mil 726 alumnos matriculados en la modalidad universitaria del nivel superior.

La SES, según el organismo fiscalizador, no acreditó los procesos de planeación y programación de la normativa susceptible de ser emitida, actualizada o eliminada, no supervisó su cumplimiento ni sustentó su contribución para fortalecer la mejora regulatoria en el nivel superior, por lo que no fue posible evaluar si el ejercicio de 96 millones de pesos se realizó efectivamente para promover el establecimiento de normas y políticas para la planeación y organización de la educación superior, como se estableció en el Presupuesto de Egresos de la Federación 2017.

Resulados positivos en UNAM, UAM e IPN

Entre las auditorías que realizó la ASF a instituciones de educación superior está una hecha a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Se revisó la actualización de planes de estudio, los docentes con posgrado o especialidad, entre otros puntos. La opinión de la ASF fue que la UNAM permitió que sus alumnos accedieran a servicios educativos de calidad.

Otra auditoría en el mismo sentido fue realizada al Tecnológico Nacional de México. En este caso la ASF concluyó que el Tecnológico no comprobó su contribución a la atención del problema público relativo a que la población matriculada en educación superior no accede a servicios educativos de calidad.

La ASF realizó auditorías a algunas becas que otorgan el Instituto Politécnico Nacional (IPN) y la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) a través del Programa Nacional de Becas. En ambos casos, la Auditoría concluyó que las instituciones fomentaron la permanencia y el egreso de los estudiantes provenientes de hogares con bajos ingresos, con lo que contribuyeron a atender el abandono escolar por falta de recursos económicos.