Sábado 30 de junio de 2018, p. 8
Los pedacitos que hacen del centro de la Ciudad de México algo único: herrajes, tiendas, comida, lámparas, detalles arquitectónicos, trazados todos sobre telas comunes de distintos tamaños. Todo da vida a la instalación Retacería urbana, de la artista Georgina Quintana, que se exhibe en el Museo de la Ciudad de México.
Es un homenaje tanto al primer cuadro de la ciudad como un festejo por los 40 años de Quintana en el quehacer la pictórico.
‘‘Viví en el Centro en los años 80 y por eso la instalación comienza con dibujos hechos en esa época. En 2015 tuve ganas de regresar ahí y descubrí la manera de dibujar en telas que me resultó muy práctico porque con sólo el apoyo de una tabla pequeña dibujaba en cualquier lugar, en el piso o donde fuera y me fascinó otra vez el centro y lo urbano, los edificios, las grúas, lo colonial, el desorden, el ruido, todo es como muy intenso”, explicó la pintora en entrevista.
La mayoría de las obras no están colocadas en bastidor, no hay nada que las delimite, excepto el libro en gran formato titulado Muestrario de estampas.
Esta forma de trabajar, sin bastidor, permitió a Quintana cortar, coser, añadir. ‘‘Trabajar así es maravilloso. Por eso se llama Retacería, porque es como este afán de abarcar lo inabarcable de la ciudad, y esta ciudad que cambia constantemente, que tiene vida propia. Es un poco un homenaje a la ciudad, a todas las cosas que me encantan, las cosas que te encuentras de herrería, de pedazos de fierros, o lugares como Casa Serra con todas las herramientas que tiene ahí, la churrería El moro o la calle de Motolinia que me gustaba tanto siempre, las lámparas”.
Es, agrega, un recorrido en tela por el centro de la ciudad y sus alrededores
.
Propuesta y entorno
El director del museo, José María Espinasa, dijo que ‘‘Georgina es una artista con una trayectoria ya conocida en México, pues pertenece a una generación donde las pintoras han tenido un papel protagónico. Cuando vino al museo le propuse que utilizara la sala Salvador Novo, porque hemos tratado de que se vuelva una especie de gabinete experimental.
‘‘Me gustó de ver el proceso de la instalación y el resultado final, porque estamos en una zona de tiendas de telas y el soporte que utilizó Georgina son estas telas, estos retazos, en que se recorta, se retaza la ciudad resulta muy llamativo con el entorno. Siento que los artistas plásticos tienen la necesidad de vivir los materiales. Eso me gustó mucho y creo que dialoga muy bien; además ella tiene una empatía con el propio accionar de los materiales. Hace unos 30 años le publiqué unas viñetas que están presentes ahora, en el sentido de que están las luces, los postes eléctricos, hay esa continuidad en su trabajo.”
La exhibición de Retacería urbana, en el Museo de la Ciudad de México (Pino Suárez 30, Centro), concluirá el 5 de agosto.