Guanajuato, Gto

El próximo gobernador de Guanajuato, que será electo el domingo junto con 36 diputados y 46 alcaldes, recibirá un estado con desarrollo económico y una pujante industria automotriz, pero con deudas por más de 6 mil millones de pesos, pobreza y un grave problema de inseguridad.

Entre septiembre de 2012 y febrero de 2018 el estado recibió una inversión de 11 mil 700 millones de dólares, principalmente de las industrias automovilística y aeroespacial, según información de la Secretaría de Desarrollo Económico Sustentable.

En los municipios de Silao, Salamanca, Celaya y Apaseo el Grande se han instalado armadoras de las empresas General Motors, Mazda, Honda y Toyota. Junto con ellas llegaron firmas proveedoras que detonaron al crecimiento económico.

No obstante, de acuerdo con el boletín de deuda pública del primer cuatrimestre de 2018, publicado por la Secretaría de Finanzas, Inversión y Administración, el gobierno estatal tiene pasivos por 4 mil 180 millones de pesos; los municipios deben 2 mil 204 millones y organismos operadores de agua potable, 18 millones 802 mil pesos.

La administración estatal tiene 18 créditos con el Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras), Banco del Bajío, Bancomer, Banamex, HSBC y Scotiabank, que van de 185 a 2 mil 152 millones de pesos, con vencimientos entre el 26 de septiembre de 2018 y el 26 de marzo de 2031.

La calificadora Fitch Ratings sostuvo en un informe que Guanajuato ‘‘presenta un nivel de endeudamiento bajo y sostenibilidad alta, gracias a su política conservadora de endeudamiento”.

A pesar del crecimiento económico y lo manejable de su deuda, en el estado hay grandes desigualdades en ingresos y en calidad de vida. La entidad tiene 5.5 millones de habitantes, de los cuales 2 millones 489 mil son pobres y 257 mil padecen pobreza extrema.

Según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), los municipios con mayores índices de pobreza son Atarjea, Xichú, Ocampo, Santa Catarina y Victoria, en el norte y noreste, y los que tienen menos pobres son León, Guanajuato, Salamanca, Irapuato y Celaya, ubicados en el corredor industrial.

El Coneval considera que una persona es pobre ‘‘cuando presenta al menos una carencia social y no tiene un ingreso suficiente para satisfacer sus necesidades’’, y la pobreza extrema se caracteriza por tres o más carencias sociales y falta de ingresos suficientes para comprar la canasta alimentaria.

Otros flagelos del estado son la inseguridad y la violencia generadas por el crimen organizado. Entre las víctimas de los asesinatos hay policías, funcionarios, hombres, mujeres y niños. Este año se perfila como el más violento en la historia reciente de la entidad, de acuerdo con el Sistema Nacional de Seguridad Pública.

El organismo indica que de 2015 a mayo de 2018 se perpetraron en Guanajuato 3 mil 899 homicidios dolosos. En 2015 se reportaron 863; en 2016, 947; en 2017, mil 84, y de enero a mayo de 2018, mil cinco.

Autoridades de procuración de justicia y prevención del delito sostienen que 80 por ciento de los asesinatos en el estado están relacionados con el robo de hidrocarburos en ductos.

A pesar de la llegada de la Policía Militar, del aumento de elementos de las fuerzas de seguridad del estado y de la aplicación del mando único, los asesinatos siguen a la alza.