on una amplia sonrisa, contento de que la selección mexicana de futbol profesional hubiera pasado a octavos de final a pesar de su derrota de tres goles a cero frente a Suecia, José Antonio Meade Kuribreña reivindicó en dos ocasiones la famosa frase, supuestamente campirana, dicha por Felipe Calderón Hinojosa para justificar su arribo mediante fraude electoral a Los Pinos: primero fue en una referencia específica al resultado balompédico; luego, puntualmente expresó: Vamos a ganar esta elección, haiga sido como haiga sido, remarcando con lentitud las últimas cinco palabras (https://goo.gl/LfaFN5).

Andrés Manuel López Obrador, por su parte, cerró campaña en tres plazas de especial importancia táctica y afectiva para él: Chiapas, donde tiene su famosa finca La Chingada y estableció una alianza, impensable en otros momentos, con el gobernador Manuel Velasco, del Verde Ecologista de México; Tabasco, su tierra natal, donde va por la revancha contra el gobernador perredista Arturo Núñez, originalmente impulsado por el propio AMLO, y Ciudad de México, donde tiene una fuerte base social y libra una feroz pelea con un perredismo que pareciera condenado a una gran derrota.

En Villahermosa, López Obrador puso como faro de su probable gestión presidencial al general Francisco José Múgica, quien fue gobernador de Tabasco (y también, en distintos momentos, de Michoacán y de Baja California Sur). Su manejo de los dineros públicos le permitió desahogar las finanzas tabasqueñas, hacer obra e incluso dejar dinero en arcas. En ese sentido, AMLO dijo que se propone tabasqueñizar al país.

Por cierto, diez años atrás, en julio de 2008, Germán Martínez Cázares, el hombre puesto por Felipe Calderón en la presidencia del Partido Acción Nacional, también incurrió en similar pretensión colonizadora del país desde un enclave político e ideológico: “Vengo a hacer un compromiso, a decirles que me comprometo ante ustedes, con sus victorias, con sus historias y su gobierno, a ‘guanajuatizar’ el país en 2009”, dijo quien ahora es apasionado converso al lopezobradorismo y candidato a senador con pase casi automático: De ‘guanajuatizar’ se hablaba desde los dominios de Vicente Fox, de la Cristiada, del Cerro del Cubilete, del PAN gobernante ahí hasta ahora.

Pero el general Múgica no fue solamente un buen administrador. Fue un vigoroso impulsor de una izquierda revolucionaria plena, más allá de los terrenos institucionales de Lázaro Cárdenas, a quien apoyó en los momentos más difíciles de su gestión. Múgica fue hecho a un lado a la hora de la sucesión presidencial de 1940, por cálculos convenencieros del general Cárdenas, que optó por el conservador Manuel Ávila Camacho para no enardecer o molestar a los segmentos derechistas, nacionales y estadunidenses. ¿AMLO ‘tabasqueñizará’ a México con el ejemplo estatal del administrador Múgica y también con el ejemplo del revolucionario Múgica?

Ricardo Anaya Cortés, por su parte, cerró campaña en León, Guanajuato (ah, la ‘guanajuatización’). Largamente golpeado por el expediente de la nave industrial queretana que le dejó decenas de millones de pesos de ganancia, en maniobras sugestivas de lavado de dinero, al candidato panista le impactó ayer la constitución de una asamblea de gobernadores panistas (siete de 12), que expresó su disposición a trabajar con el ganador de los comicios, sea quien sea, en lo que constituye una suerte de descalificación del abanderado formalmente propio, el mencionado Anaya.

Así cerraron las campañas que mantuvieron a López Obrador como el delantero en las encuestas, el más activo geográficamente y el más generador de noticias y temas polémicos. Todo apuntaría a una amplia victoria histórica de AMLO y muchos de los candidatos de Morena. Pero el aparato electoral (INE) y la estructura priísta dicen avizorar una elección cerrada.

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