La entrada en vigor de la Ley Federal de Declaración Especial de Ausencia para Personas Desaparecidas significa un avance importante para los familiares de las víctimas, porque les permitirá disponer de los bienes o recursos de sus seres queridos sin necesidad de aceptar una presunción de muerte; sin embargo, es necesario presionar y estar atentos para que la norma se aplique de manera efectiva, señalaron organizaciones civiles.

Julio Mata Montiel, secretario ejecutivo de la Asociación de Familiares de Detenidos, Desaparecidos y Víctimas de Violaciones a los Derechos Humanos en México (Afadem), consideró que la expedición de esta ley era una medida totalmente necesaria y urgente desde hace muchos años, porque al no poder utilizar los bienes de la persona desaparecida muchas familias se quedaban en la ruina económica.

Los que tienen casas o propiedades, las venden, pero cuando no es así, resulta peor, porque los familiares no pueden acceder a esos recursos y el Estado no les ayuda en nada, deploró.

El activista reconoció que la norma recién promulgada evita que los familiares de las personas desaparecidas tengan que aceptar la presunción de muerte de sus seres queridos para utilizar sus recursos económicos o acceder a los beneficios del Seguro Social.

No obstante, Mata indicó que la sociedad debe estar vigilante de que la ley se cumpla. Este es un avance, pero hay que ver los puntos y comas. Las autoridades hacen todo por minimizar la problemática de los desaparecidos, pues hay más de 100 mil y sólo reconocen 36 mil.

Grace Fernández, integrante de la agrupación Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en México, coincidió en que la entrada en vigor de esta norma en términos generales es muy buen avance, porque marca un mínimo de lo que deberían ser las declaraciones de ausencia, además de que subsana lo que las entidades federativas aún no han cubierto en esa materia.

Sin embargo, entre los puntos que aún no son del todo satisfactorios está el que las autoridades laborales sólo reconocen la desaparición de un trabajador si iba de camino a su centro de labores o si se produce durante su jornada, pero no si ocurrió en otro momento.