Ottawa

El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, expresó ayer que no puede imaginar que el presidente Donald Trump cumpla su amenaza de aplicar nuevos aranceles a los vehículos canadienses que entren a su territorio porque sería lastimar a la economía de Estados Unidos.

Trudeau fue forzado a confrontar esa posibilidad en conferencia de prensa tras el fin del periodo de sesiones del Parlamento, porque el Departamento de Comercio de Estados Unidos considera poner un arancel de 25 por ciento a los automóviles y camionetas ligeras que ingresen a Estados Unidos. Trump piensa emplear la misma controvertida cláusula de seguridad nacional que utilizó el mes pasado para aplicar impuestos al acero y al aluminio importados de Canadá y de otros importantes aliados.

Trump podrá sentirse orgulloso de sus modos impredecibles, resaltó Trudeau, pero eso no puede incluir afectar a los trabajadores estadunidenses y su industria automotriz, que está tan entrelazada con la canadiense.

Me ha costado trabajo aceptar que algún líder haga ese daño a su propia industria automotriz, si imponer dicha sanción a las armadoras canadienses, dada la integración de la cadena de suministro de partes a través de la frontera entre Canadá y Estados Unidos.

Agregó que no le interesa hablar de los recientes ataques personales que Trump y su principal asesor económico hicieron. En tuits, el mandatario estadunidense llamó a Trudeau débil y deshonesto, y uno de sus consejeros dijo que había un lugar especial en el infierno para el canadiense.

No responderé a comentarios personales, acotó el primer ministro de Canadá.