En 14 años de lucha en defensa de los migrantes, el padre Alejandro Solalinde asegura que si bien este grupo vulnerable ya no vive el auge de las agresiones, entre secuestros, trata y desapariciones que ocurrían durante el gobierno de Felipe Calderón, continúa la violencia hacia ellos, aunque el avance que ha visto es la transformación en la conciencia de la gente.

Las personas son solidarias. Aquí, trabajar con los migrantes es un prestigio. En entrevista a propósito de la presentación de su libro autobiográfico Revelaciones de un misionero: Mi vida itinerante, señala que el Instituto Nacional de Migración (INM) debe transformarse, y para que la Iglesia católica tenga una participación más cercana con las personas se requiere que deje su papel de funcionario del Estado del Vaticano.

–¿Por qué decidió abrazar la defensa de los migrantes?

–Ya llevo 14 años con ellos y decidí abrazarla porque de repente me puso Dios así, en el camino de ellos y me los encontré en el Istmo de Tehuantepec, en Juchitán, en Ixtepec y me impactó mucho cómo llegaban, nos saludaban desde el tren. Como un día les empezamos a dar comida y me pregunté: ¿quién los cuida?, ¿quién se preocupa de ellos? En la diócesis no había un solo sacerdote que estuviera de tiempo completo con ellos.

–¿Qué avances ha visto a lo largo de estos años de lucha?

–En la incidencia política se ha logrado que en la antigua ley general de migración, en 1974, ya no se diga ilegales a los migrantes, sino irregulares administrativos. Después, en la primera ley migratoria del 24 de febrero de 2011, ahí se da a los migrantes todas las prerrogativas en el artículo segundo por ser persona, independientemente de su estatus migratorio: derecho a la salud, a la justicia, a escuelas y al registro civil.

▲ Para el padre Alejandro Solalinde, falta mucho por hacer en materia de apoyo a migrantes centroamericanos y para los mexicanos en el extranjero.Foto Cristina Rodríguez

Con los retos actuales, con la politicas antimigratorias de Donald Trump y la llegada de un nuevo Presidente en México, el padre Solalinde señala que la nueva administración tendrá que preocuparse por los mexicanos en el exterior, generar una política migratoria en la que se tome en cuenta a todos los de la academia, a quienes trabajan en casas de migrantes y en la Iglesia, pero también a los mismos viajeros.

Pese a los riesgos y las amenazas que ha recibido, dijo que vive tranquilo y en paz, y continuará con esta labor. Aclaró que no trabajará con Andrés Manuel López Obrador, candidato a la Presidencia, ni con Morena ni para la Iglesia. Voy a trabajar con ellos para México, por el reino de Dios, que es muy distinto. Ellos no son fin, son medios solamente.

La periodista Karla María Gutiérrez fue coautora del libro, que será presentado el 28 de junio en la Universidad del Claustro de Sor Juana, en la calle de Izazaga, en el Centro de Ciudad de México.