De obtener el triunfo el primero de julio, el candidato del Partido Revolucionario Institucional a la jefatura de Gobierno capitalino, Mikel Arriola, ofreció crear un programa de inmunidad a quienes denuncien a los delegados corruptos, como medida para frenar este ilícito en la administración pública.

En el foro Transforma CDMX, organizado por el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, campus Santa Fe, el aspirante afirmó que a los actuales jefes delegacionales se les hará una auditoría para que transparenten los recursos utilizados, y de encontrarse alguna anomalía, como jefe de Gobierno pondrá orden.

En su exposición, que transcurrió sin ningún incidente, Arriola habló de sus propuestas en materia de movilidad, el sector informal, el respeto y cumplimiento a los derechos humanos y la inseguridad, pero también sobre su vida personal.

Al responder a los universitarios, según la dinámica organizada, aseguró que su primer empleo fue de office boy, el libro que más lo ha impactado: Ulises Criollo, de Vasconcelos; personaje con el que se identifica: Hernán Cortés; lugar favorito: el Frontón México, y su pasión: el jai alai.

Sobre la Ciudad de México consideró que vive el peor momento en materia de inseguridad y ofreció crear un grupo de élite para combatir el delito, un centro de inteligencia e investigación, y el uso de la tecnología, como videocámaras.

Más tarde, en entrevista, consideró que la situación que se enfrenta actualmente en materia de inseguridad obedece a la ausencia de la autoridad, a la que los delincuentes le tienen el pie en el cuello.

Es preocupante la crisis de inseguridad pública que se vive en la capital del país, que se ha desatado por la guerra de bandas por el mercado de las drogas, apuntó.

Advirtió que si se sigue haciendo lo mismo que hasta ahora, el aumento de la inseguridad no va a parar, e insistió en que de ganar, desde el primer día de su gobierno habrá mano firme contra el crimen organizado para recuperar el espacio que dejó el jefe de Gobierno a los delegados, y pero aún, a los delincuentes.