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Las experiencias del café Antoine Libert Amico y Miguel Carrillo Salgado Economía campesina y estudios del café. Experiencias productivas en el México del siglo XXI, es un libro que la Universidad Intercultural del Estado de Hidalgo tuvo el interés de editar y publicar para formar parte de su Colección ENCUENTROS, conformada por publicaciones polifónicas e interculturales. Publicación que está por salir a circulación. El libro tiene como objetivo central analizar las diversas estrategias y ámbitos con las que campesinos y campesinas de las zonas productoras de Hidalgo, Oaxaca, Veracruz, Chiapas, Puebla y Guerrero, confrontan la crisis multidimensional en la que se encuentra la cafeticultura para su producción y reproducción. Los escritos que conforman este libro toman como punto de partida la encrucijada de inicios de milenio, donde se suma un fenómeno “nuevo” al panorama ya excluyente: el ambiental, que se traduce en la aceleración y agudización de plagas y enfermedades en la producción de café, así como cambios estacionales que repercuten en la producción. Lejos de tomar posturas deterministas estructurales o localismos romanticistas, se plantea presentar una radiografía diagnóstica de las nuevas dinámicas y transformaciones que se tornan en la producción de café, con experiencias territorializadas de embates y estrategias. El libro se divide en un prólogo, nueve capítulos y un anexo fotográfico. Como apertura, Armando Bartra resume las rupturas, crisis y mutaciones de la cafeticultura en su historia reciente, resaltando el esfuerzo detrás de este libro de proveer un diagnóstico que contribuya a la transformación urgente de la realidad. En el primer capítulo, Héctor Robles y Miguel Carrillo dan una lectura histórico-estructural de la reproducción campesina ante las dinámicas de exclusión e inclusión del campesinado, complementado con un diagnóstico de la relevancia económica y social de la cafeticultura en el México contemporáneo. Uno de los desafíos centrales que ha enfrentado la producción de café arábica recientemente es la epidemia de la roya del cafeto, que ha generado pérdidas contundentes en cantidad y calidad de la producción mexicana desde 2013. En el segundo capítulo, Antoine Libert analiza la transformación de los territorios cafetaleros a consecuencia de la “mal-adaptación” a esta epidemia, describiendo las transformaciones en lo económico, social, ambiental y político derivadas de esta crisis socio-ecológica. Si bien este capítulo se basa en el trabajo de campo en la Sierra Madre de Chiapas, los potenciales aprendizajes de este escenario futuro es una reflexión pertinente para todos los territorios cafetaleros. Un estado donde la organización de los productores de café asentó las bases para movimientos anti-sistémicos contundentes, Guerrero es hoy en día escenario de amplios desafíos como la embestida del crimen organizado, las fracturas profundas del tejido social y la marginación persistente. En el capítulo tercero, Manuel Antonio Espinosa y Rubén Morales analizan cómo los cafeticultores de la Costa Grande, empujando a contracorriente, buscan organizarse para recuperar el control de sus territorios y sus vidas como campesinos. Hidalgo, un estado cuya producción cafetalera de alta calidad es aún poco reconocida, es el tema del próximo capítulo. Tras un diagnóstico actualizado de la cafeticultura en el estado, Miguel Carrillo describe en el capítulo 4 la producción del aromático en la Sierra Otomí-Tepehua, donde la pluriactividad y los ingresos no-agrícolas marcan la realidad de una organización familiar indígena que enfrenta altos grados de marginación y una incidencia estatal clientelar pero también excluyente. En el quinto capítulo, Mayra Pérez y Ma. Elena Martínez, demuestran cómo la producción de café está enlazado a la vida y organización comunitaria. Con base en un análisis de la producción de café en la región mixe de Oaxaca, las autoras ilustran la manera en la cual el café entrelaza los ámbitos de vivir y trabajar la tierra, desde la parcela a la universidad, desde la comunidad a la región, desde la asamblea comunitaria a la organización indígena regional. Este capítulo muestra un ejemplo de innovación en la apropiación de la cadena de valor en zonas productoras de café, con la experiencia de Kunaxcafé, un grupo de mujeres que vende café molido en la región. A pesar de un alto rendimiento promedio por hectárea, la producción cafetalera en Puebla coincide con los municipios con altos grados de marginación. En el sexto capítulo, Benito Ramírez y Salvador Díaz presentan los diferentes sistemas de cultivo de café (estructuras de cafetal) y la secuencia tecnológica de producción de café en el estado de Puebla, resaltando los desafíos que enfrentan las familias cafeticultoras. Veracruz, donde inició la cafeticultura en México, es el marco geográfico de las contribuciones finales. Primero, Esteban Escamilla, Salvador Díaz y Gladys Castillo presentan un diagnóstico sintético y perspicaz de la cafeticultura en Veracruz. En el séptimo capítulo detallan los antecedentes históricos y la variabilidad regional en la producción de café en el estado, a la vez que describen las crisis recurrentes en el sector y abundan en los mercados emergentes de cafés certificados, diferenciados y cafés de especialidad (desde certificaciones de comercio justo hasta amigables con las aves hasta premios de excelencia por su alta calidad en taza) como estrategia de acceso a mejores precios, con co-beneficios claves para las familias productoras y sus ecosistemas. Si bien es cierto que la mujer ha tenido siempre un papel central en las labores de la unidad de producción campesina en términos agrícolas y extraagrícolas, Lorena Paz, en el capítulo 9, visibiliza la importancia de la aportación de las mujeres en dos ámbitos concretos: en la economía familiar y la comunitaria en localidades cafetaleras de la región veracruzana Xalapa-Coatepec. La autora parte acertadamente que la actual crisis ha puesto de manifiesto el protagonismo histórico de la mujer, pero también en las coyunturas, pues durante el reciente colapso por la propagación de la roya, se feminizó la vida y la economía de la zona, potenciando redes solidarias del cuidado, se evidenciaron múltiples funciones de las mujeres como trabajadoras, productoras, administradoras de remesas, proveedoras y cuidadoras, mientras aumentaba la migración de varones a causa de la pobreza, el desempleo y la violencia. Rosario Cobo, a través del análisis de productividad en parcelas de café, nos acerca al entendimiento del grado de afectación en términos económicos y productivos por la roya, con datos duros demuestra desplomes de más del 80% de la producción de arábigos bajo sombra en la región de Coatepec, ubicada en la llamada ‘la franja de oro de la cafeticultura’, en Veracruz. Un escrito que articula las diversas dimensiones que la crisis actual despliega, pues pone de manifiesto que la combinación de los efectos de la plaga con el cambio climático, la falta de apoyos institucionales, sin considerar el avance de la delincuencia organizada, tiene efectos desastrosos en las familias cafetaleras de la zona; sin embargo, la organización aparece como el bastión colectivo para enfrentar la crisis ambiental, económica y social. A través de estos escritos se describen los grandes desafíos a los cuales se enfrenta la cafeticultura. Mientras algunos autores han llegado a cuestionar si habrá cafeticultura en el escenario futuro del México profundo, las contribuciones de este libro, elaborados por especialistas de las regiones en cuestión, describen las luchas, innovaciones y adaptaciones de las estrategias campesinas e indígenas para seguir siendo.
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