Rusia puede soñar con crecer en el Mundial 2018 al golear 5-0 a una frágil Arabia Saudita en su debut como anfitrión del esperado certamen. La Sbornaya silenció las críticas al mostrarse de manera contundente y conseguir, bajo la mirada del mandatario Vladimir Putin, su primer triunfo desde Corea del Sur y Japón 2002.

El conjunto de Stanislav Cherchesov fue muy superior a un pobre rival y vivió un partido de ensueño. El suplente Denis Cheryshev se convirtió en protagonista al marcar un doblete a los minutos 43 y 91, mientras el resto del marcador lo completaron Yuri Gazinskiy (12), Artem Dzyuba (71) y Aleksandr Golovin (94).

La emoción ya invadía al estadio Luzhniki, el silbatazo sonó y comenzó la esperada fiesta futbolera, la ansiedad se desvanecía. El anfitrión Rusia debía defender el honor ante una Arabia Saudita poco especializada en este deporte, pero que llegaba con esperanza en la mirada.

El partido marcaba el estreno mundialista del VAR, el polémico sistema de videoarbitraje. Sin embargo, su uso no fue necesario y el árbitro argentino Néstor Pitana pasó una tarde sin sobresaltos.

Los primeros toques fueron con gallardía por parte de ambos, era la adrenalina desatada. De pronto, Rusia se impuso en el juego cuando Yuri Gazinskiy alcanzó a conectar un cabezazo dentro del área para mandar el balón a las redes.

El clamor no se hizo esperar en las gradas, los aficionados locales festejaron al grito de "Ru-si-a", eran anfitriones de la Copa del Mundo y su equipo les regalaba el primer gol.

Los árabes perdían en la cancha, pero en las gradas sus seguidores ponían el ambiente.

Alan Dzagoev provocó angustia al salir lesionado y tuvo que ceder su lugar a Denis Cheryshev, cambio forzado que a la larga resultó fructífero para los locales.

El argentino Juan Antonio Pizzi, técnico del conjunto árabe, se mostraba impaciente, lanzaba órdenes y daba manotazos al aire con angustia, el nerviosismo lo invadía ante la desventaja de su equipo.

Los rusos eran más sigilosos, Cheryshev emocionó a los aficionados al filtrarse al área, y justo cuando se disponía a tirar el remate fue detenido por la zaga.

La jugada fue sólo un aviso, segundos más tarde Roman Zobnin mandó un pase filtrado a Cheryshev, quien fue más hábil que la defensa en esta ocasión y remató desde el costado izquierdo para poner el 2-0 al minuto 42.

Ante un partido trabado, el ambiente seguía enardecido en las gradas, donde corría la clásica ola y hasta el Cielito lindo entonaban algunos tricolores. Gianni Infantino, presidente de la FIFA, platicaba y bromeaba en un palco con Vladimir Putin, mandatario de Rusia, y el príncipe heredero saudí Mohammad bin Salman.

Con apenas unos cuantos minutos en el terreno de juego, Dzyub marcó con un remate de testa en picada frente al arco. El delantero corrió a festejar con el timonel Cherchesov, quien finalmente se dejó llevar por la euforia y soltó una sonrisa.

Con un tremendo disparo de zurda, Cheryshev marcó un doblete en el 90+1, había entrado como sustituto y se iría ovacionado. Rusia aprovechó hasta el último instante y Aleksandr Golovin selló la goleada con un preciso tiro libre que hasta el técnico Cherchesov celebró con los brazos en alto, era una victoria para la historia.