Desde el punto de vista de las estrategias de campaña y con el inicio del Mundial de Futbol de Rusia, en los 17 días que faltan para las elecciones no queda casi nada por hacer para mover las preferencias de voto tras el tercer debate entre los candidatos presidenciales, de acuerdo con los académicos Anna Laura Montiel y Héctor Alejandro Quintanar, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Sin embargo, según advierte Álvaro Arreola Ayala, del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, eso es válido en lo que se refiere a la elección presidencial, “que se puede decir que está definida. La lucha se concentrará en la conformación del Congreso federal, y los partidos contrarios a la coalición Juntos Haremos Historia –que postula a Andrés Manuel López Obrador– podrían intentar hasta lo imposible para que aquélla no logre la mayoría”.

Montiel, especialista en diseño de campañas políticas y directora de la empresa Comunicación e Imagen, consideró en entrevista que desde el punto de vista de una estrategia de comunicación, definitivamente ya no hay nada qué hacer. Ricardo Anaya (de la coalición Por México al Frente y segundo en las encuestas) ya sacó su última carta, la de meter a la cárcel al presidente Enrique Peña Nieto, y no le funcionó. Y con el Mundial, la elección quedará como algo aparte.

Nada nuevo contra AMLO

Para Quintanar, también profesor de la Universidad de Hradec Králové, de la República Checa, cualquier intento de estrategia mediática o de discurso de campaña de José Antonio Meade (de la coalición Todos por México) o de Anaya para tratar de revertir las encuestas tendría que ser algo inédito, porque cualquier tipo de golpe que se nos pueda ocurrir ya se ha empleado contra López Obrador. Desde 2004, con el desafuero, hasta la guerra de mentiras de 2018, no veo algo que no hayan intentado ya, dijo vía telefónica.

En la opinión de Arreola Ayala, hay que pensar que las coaliciones contrarias a Juntos Haremos Historia tienen un problema mayúsculo ahora. Ya está la derrota presidencial, pero lo que no quieren es una contundente derrota en la integración del Congreso y que éste quede en manos de Morena.

Por ello piensa que, sobre todo el PRI y el régimen de Enrique Peña Nieto, se van a dedicar a hacer hasta lo imposible para no ceder el control del Poder Legislativo.

Se habla de que hay mucho dinero que se usará para la compra del voto, pero en dos semanas sería imposible que no quedara huella de ello. Así que creo que si quieren comprar la elección, se van a concentrar en ciertos distritos, en entidades donde el PRI ha sido históricamente sólido y donde han podido comprar los sufragios en el pasado.