Investigadores en economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Colegio de México y el Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC) coincidieron en que México debe fortalecer su mercado interno y la industria nacional ante la posibilidad de que termine el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), pero también frente a la incertidumbre que generan las presiones del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en la relación bilateral y sobre el orden global establecido desde que terminó la Segunda Guerra Mundial.

Si México no mantiene la fortaleza productiva del mercado interno, el producto interno bruto (PIB) puede caer entre medio punto y un punto porcentual. También si deja de existir el TLCAN, dada la dependencia comercial que tiene con Estados Unidos, advirtió José Luis de la Cruz, director del IDIC, institución que organizó el seminario México 2018, la responsabilidad del porvenir, en el que participaron 40 especialistas de 30 instituciones de educación superior del país.

Si Estados Unidos trae proteccionismo, China también, Rusia evidentemente y la Unión Europea se está reconfigurando, lo que tiene que hacer México es fortalecer sus capacidades internas. No lo llamaría proteccionismo, sino la necesidad de lograr capacidades productivas, de empleo y bienestar social en el país, porque no podemos seguir dependiendo de lo que ocurra en otras naciones, puntualizó.

Dijo que en la cumbre del Grupo de los Siete (G-7), realizada el pasado fin de semana, Estados Unidos rompió la alianza tradicional que mantenía con sus aliados europeos y Japón, por lo que el contexto internacional se va a modificar y se trastocaron los organismos internacionales después de la Segunda Guerra Mundial, particularmente en el comercio e intercambio económico global. Lo que tenemos que ver es hacia dónde van las nuevas reglas y cómo van a jugar China, Rusia e India, porque al mismo tiempo que se fracturaba el G-7, allá se estaban estrechando la mano y generando nuevas alianzas, agregó.

Francisco Cervantes Díaz, dirigente de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), manifestó en el foro que por 40 años hemos estado obsesionados con la estabilidad económica y ya es hora de entrar en la obsesión del crecimiento económico.

Raúl Gutiérrez Muguerza, presidente del IDIC, criticó que, pese al crecimiento de las exportaciones, la economía nacional no ha crecido más allá de 2 por ciento anual y las brechas de la desigualdad se abren cada vez más. Aclaró que nadie pide volver al proteccionismo de los años 70, pero tampoco se debe ser dogmáticos y primero se requiere ser fuertes al interior, con una base productiva nacional, y luego salir al mundo.

Llevamos 35 años de estancamiento estabilizador e irónicamente gracias a Trump se logrará terminar con el TLCAN, con el cual México se convirtió en una gigantesca maquiladora, basó su crecimiento en exportaciones y se fortalecieron las cadenas productivas, pero hacia afuera, dijo Francisco Suárez Dávila, maestro en economía y ex embajador de México en Canadá.

El coordinador del Programa Universitario de Estudios del Desarrollo de la UNAM, Rolando Cordera, dijo que el Estado mexicano no debe renunciar a su compromiso de promover el desarrollo económico, que es distinto al crecimiento económico, donde sólo una élite se beneficia.

José Antonio Tellaeche, director del Centro de Estudios Económicos del Colegio de México, dijo que el empleo ni siquiera creció con el TLCAN en la industria manufacturera, pues el que se redujo en el campo se trasladó al sector servicios.