Guardan semejanza con estilo teotihuacano; pendiente, comprobar si era un barrio, informan
Sábado 2 de junio de 2018, p. 3
Vestigios de un caserío de más de mil 500 años de antigüedad, cuyos elementos guardan semejanza con el estilo clásico teotihuacano, resurgen en paralelo al trabajo que arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) llevan a cabo en un espacio de aproximadamente una hectárea en la segunda sección del Bosque de Chapultepec.
Inscritos dentro del Proyecto Bosque, Cerro y Castillo de Chapultepec, y coordinados por la arqueóloga Lourdes López Camacho, las labores de salvamento comenzaron a mediados del pasado enero con la finalidad de supervisar áreas en las que la Comisión Nacional del Agua (Conagua) introduciría nuevos sistemas de riego automatizado, y garantizar la debida investigación y protección de los objetos culturales que pudiesen encontrarse.
La también investigadora del Museo Nacional de Historia-Castillo de Chapultepec explicó que los múltiples recorridos en superficie efectuados en las tres secciones del bosque desde 2009, cuando se inició el proyecto, han permitido el registro de diversas zonas con alto potencial arqueológico en ese sitio.
En conjunto con la declaratoria que fue instaurada en 2012 y ampliada en 2016, que designa a las dos primeras secciones y partes de la tercera como zona arqueológica de Chapultepec, fue posible emprender exploraciones en coordinación con la Conagua y localizar vestigios de viviendas prehispánicas de estilo teotihuacano, cuya temporalidad corresponde a las fases Tlamimilolpa (225 a 350 dC) y Xolalpan (350 a 550 dC.) de esa cultura prehispánica.
La arqueóloga dijo que si bien se define al lugar como un caserío y se sabe que las dos unidades de excavación están conectadas, no se tienen aún elementos para clasificarlo como un barrio. La iniciativa de salvamento busca registrar características y delimitar al conjunto, en tanto que su exploración a fondo requerirá de un proyecto arqueológico independiente.
Los trabajos en la segunda sección del Bosque de Chapultepec se desarrollan en tres frentes, pero dos de éstos concentran la mayor cantidad de hallazgos. Se trata de un par de unidades donde los arqueólogos ubicaron cuadros y rectángulos unidos por muros colindantes, que habrían sido los cimientos de antiguas habitaciones.
Las dos fases de ocupación se infieren por aspectos como un doble muro localizado debajo uno de los rectángulos al noroeste del asentamiento y diversas sobreposiciones de paredes, así como por materiales de cerámica, obsidiana, pizarra, mica, piedra y 11 entierros humanos (nueve de adultos y dos de neonatos) descubiertos por los arqueólogos.