Ante secretarios de Estado y políticos de distintos partidos, el Instituto Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) rindió un homenaje a Jesús Silva-Herzog Flores a poco más de un año de su fallecimiento.

Durante el acto en la sede de esta dependencia en Ciudad de México, el director general del Infonavit, David Penchyna Grub, sostuvo que, quien fuera secretario de Hacienda y Turismo, perfiló un instituto como el que hoy representa esta dependencia.

Un mes de mayo pero de 1972, Silva-Herzog dijo sobre el Infonavit que aspiraba a construir un instituto con la dureza del concreto y la transparencia del cristal. Hace unos días, ésta, la institución que él formó, recibió por primera vez en su historia, el reconocimiento más alto que un organismo como la Organización de las Naciones Unidas le puede dar una institución mexicana, señaló Penchyna.

Dijo que al presumir los 10 millones de créditos otorgados por dicha institución hace unos días al recibir dicho reconocimiento, recordó el momento en el que Silva-Herzog Flores entregó los primeros 80 créditos de vivienda, mientras que hoy se entregan mil 500 créditos diarios.

Legado que se debe transmitir

Es un legado que él mencionó y que hoy en el debate nacional de buscar ser un mejor país, lo debemos transmitir a las siguientes generaciones, agregó el director del Infonavit.

Durante el homenaje, Bernardo Sepúlveda Amor, ex secretario de Relaciones Exteriores y embajador en Estados Unidos, y quien fue compañero de gabinete junto con Silva-Herzog en el gobierno de Miguel de la Madrid, recordó su papel como secretario de Estado en un momento crítico para el país en materia económica.

Sostuvo que a pesar de que hubo voces que le pedían abandonar los pagos que debía el país a distintas instituciones bancarias en medio de una fuerte crisis económica, él se mantuvo en la postura de realizar los pagos, lo cual dijo, permitió que el país superara dicho momento.

Recalcó que sin dichas medidas, no hubiera habido créditos ni para maíz, por lo que la población no tendría ni tacos ni tortillas, por lo que señaló que sus acciones fueron acertadas.

Al hablar de la postura de Silva-Herzog cuando buscó la jefatura de Gobierno del entonces Distrito Federal, postuló que la ley es la que puede equilibrar el orden con la democracia y el respeto por el derecho de todos. Anuncia como pauta invariable de conducta, la transparencia y la rendición de cuentas, condena gobiernos demagógicos y populistas que hagan de la pobreza y la marginación una bandera de manipulación.