Reaccioné y superé las adicciones, dice
Miércoles 30 de mayo de 2018, p. a12
Al día siguiente de la derrota con McWilliams Arroyo, en febrero pasado, Carlos Cuadras seguía representando al personaje de siempre. Contestaba con bromas hacia sí mismo y sin minimizar la pena de perder por segunda ocasión consecutiva, pero lo hacía con desparpajo. En el fondo le dolía de verdad lo que había ocurrido.
Dice que ahí se rompió lo que lo mantuvo a flote y que por eso se hundió en un periodo destructivo con alcohol y drogas. Perdió el control. Necesitó rehabilitarse para entender qué lo aquejaba, y poder recuperar lo que se le iba de las manos.
No fue fácil perder contra Arroyo, era mi segunda derrota consecutiva y la tercera de mi carrera
, cuenta Cuadras; “me sentí un perdedor como no había sentido antes. Ni cuando caí con Chocolatito ni con Gallo Estrada”.
En esas condiciones intentó ocultar que tenía problemas con el alcohol y las drogas. Trató de mantenerlo en discreción mientras pudo. Tampoco quería que se notara que estaba triste, todo eso me dolía
, dice Cuadras.
El legendario boxeador argentino Óscar Ringo Bonavena solía decir que en ningún deporte se estaba tan solo como en el boxeo, el peleador –decía– está tan solo que cuando suena la campana le quitan hasta el banquito donde sentarse. Carlos Cuadras también reconoce esa soledad y lo difícil que le resultó convivir con ella.
“Esa soledad fue devastadora –confiesa–, siempre estás rodeado de mucha gente, pero sentía que no me comprendían, y eso lo llevaba muy dentro. También están otros que te rodean porque quieren algo o que les invites.”
Medallista panamericano
Cuadras fue medallista panamericano en 2007, el logro amateur que lo catapultó en el boxeo. Como profesional su carrera tuvo un ritmo moderado en el camino al campeonato mundial supermosca, que le ganó al tailandés Srisaket Sor Rungvisai en 2014, y lo perdió ante el nicaragüense Chocolatito González un par de años más tarde.
Los boxeadores no tenemos buenos consejeros
, reflexiona, de pronto te cambia todo, ganas dinero, te reconocen en la calle, te dicen campeón, y todo eso te hace perder el piso; yo creo que por eso hay tanto boxeador que vive esto y otros que terminan arruinados
.
Sin embargo, Cuadras reaccionó a tiempo –aclara–, no esperó a ver dilapidado el patrimonio ni a perder a su familia. Recibió la ayuda que necesitaba para frenar lo que visualiza como un hundimiento o una caída.
Tenía muchos problemas con mi esposa y dejé de ver a mi hijo
, admite; también sentí que el boxeo se me estaba yendo de las manos. Ahora regreso diferente gracias a la rehabilitación. Me siento con nuevo entusiasmo y quiero volver a ser campeón del mundo. No quiero quedarme con ese deseo
.
Mientras tanto, la industria del boxeo sigue su marcha y la pelea más polémica este año, entre Saúl Canelo Álvarez y el campeón mundial de peso medio, el kazajo Gennady Golovkin, vuelve a quedar en suspenso. Ahora parece que los promotores del monarca europeo pretenden modificar el acuerdo que tenían para pelear en mayo, pero que se frustró tras el positivo de clembuterol que arrojó el pelirrojo.