Poco más de 3 mil representantes de universidades de América Latina y el Caribe –rectores, directores y especialistas– se reunirán en junio próximo en el contexto de la III Conferencia Regional de Educación Superior (CRES 2018), convocada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), a fin de generar un nuevo manifiesto de la educación superior latinoamericana que fije los principios que, como región, impulsarán para enfrentar los múltiples desafíos del siglo XXI.

El encuentro, que se realizará en Córdova, Argentina, del 11 al 15 de junio, se convoca en el contexto conmemorativo por el centenario de la Reforma de Córdoba en 1918, que permitió impulsar un movimiento regional por la autonomía y la gratuidad de la universidad a principios del siglo XX.

La CRES 2018 analizará los retos y debilidades que afronta la educación superior en la región, pero también su papel como motor en la transformación social de las naciones latinoamericanas. Sus conclusiones integrarán la declaración y plan de acciones que Latinoamérica sustentará en la Conferencia Mundial de Educación Superior 2019 a realizarse en la sede de la Unesco, en París, Francia.

Con la participación del Instituto Internacional para la Educación Superior de América Latina y el Caribe (IESALC) de la Unesco, los rectores, académicos, expertos y representantes sindicales de los países asistentes analizarán 7 ejes temáticos que incluyen el papel de la educación superior frente a los desafíos sociales de la región; la diversidad cultural e intercultural en este nivel educativo, y su función como parte de los sistemas formativos.

También se hablará acerca de su internacionalización e integración regional; su papel estratégico en el desarrollo sostenible, y el papel de la investigación científica y tecnológica como motor del desarrollo humano y social.

Considerado el evento más importante del sistema de educación superior de América Latina y el Caribe, los participantes abordarán una revisión de la reforma universitaria de Córdoba a cien años de su consolidación y la necesidad de elaborar un nuevo manifiesto de la educación superior en la región.

Respecto a los desafíos sociales que enfrenta la universidad actual, la Unesco señala que está llamada a ser agente de calidad educativa y espacio en el que la sociedad se revise a sí misma, adquiera competencias para transformar sus prácticas y avance en el diseño y la construcción de un futuro sostenible.

Ello se concreta, advierte, en el compromiso social universitario, apoyado en el principio que promueve una educación de calidad para todos. La universidad se orienta a servir al bien público y no al capital privado y su identidad se construye desde la diversidad cultural y la idea de paz.