Cannes, Francia.

La película Chuva e cantoria na aldeia dos mortos, retrato de la comunidad indígena kraho de Brasil, ganó ayer el premio del jurado de Una cierta mirada en el festival de Cannes.

La brasileña Renée Nader Messora y el portugués Joao Salaviza (Palma de Oro al mejor cortometraje en 2009 por Arena), rodaron durante nueve meses en el estado de Tocantins esta cinta a medio camino entre la ficción y el documental.

En la alfombra roja del festival el elenco protagonizó una protesta el miércoles para denunciar el genocidio de indígenas en Brasil.

Por otro lado, Zain Al Rafeea, un refugiado sirio de 13 años, conquistó al certamen francés por su actuación en Cafarnaúm. Y, después de tantas emociones, se quedó dormido en la rueda de prensa.

La directora libanesa Nadine Labaki dejó descansar al protagonista de su filme, que relata la historia de un niño sumido en la miseria en Beirut que denuncia a sus padres por haber nacido.

Durante el rodaje, me mimaron más que en casa de mis padres, afirmó previamente Rafeea a la cadena de televisión del festival. Confió querer ser actor y, como su personaje, sueña con instalarse en Europa.

Hay una posibilidad de que sea acogido en Noruega con su familia. El futuro es un poco incierto, pero espero que esta película pueda ofrecerle otro futuro, dijo Labaki, una de las tres mujeres cineastas en competencia por la Palma de Oro, de un total de 21.

Nacido en Daraa, en el suroeste de Siria, Zain se refugió con su familia en Líbano en 2012. Instalado en Beirut, no se adaptó al sistema educativo y fue acumulando pequeños empleos desde los 10 años, como repartidor de un supermercado o en la película.

Labaki encontró a Zain en 2016 en la calle, durante su audición para Cafarnaúm, un retrato de los olvidados en Beirut, los sin papeles.

Rodada en seis meses, el filme está integrado únicamente por actores no profesionales como Zain, que actúa sobre todo junto a un bebé de un año.

Alucinaciones animales

En otro orden, el casting canino de Dogman fue recompensado con la Palm Dog.

Desde caniches tusados para un concurso hasta feroces molosos, pasando por un chihuahua en un congelador, los perros de Dogman, de Matteo Garrone, ganaron la Palm Dog a la mejor interpretación canina.

Lejos de su película sobre la mafia, Gomorra, el director italiano se centra en un peluquero de perros que tiene un negocio en una decrépita localidad costera.

Roban el protagonismo, dijo el jurado de la Palm Dog.

El Gran Premio fue para los cachorros peludos de Diamantino, coronada en la Semana de la Crítica.

Estos perros aparecen como alucinaciones del protagonista, un futbolista con un gran parecido a Cristiano Ronaldo, cuando está a punto de marcar.

Creada por críticos de cine anglosajones, la Palm Dog es una recompensa que se entrega cada año en Cannes desde 2001. Premia la mejor interpretación canina en una película en la selección oficial, ya sea un perro de carne y hueso o de animación.